Como no podía ser de otra forma, Hollande ha dicho tras conocer el resultado que «ningún candidato ha perdido. Tenemos la obligación de unirnos y empezar la marcha hacia las presidenciales». El ya candidato dejó el liderazgo del Partido Socialista Francés en 2008 y fue sustituido por su rival en estas primarias, Martine Aubry, acusado de ser la izquierda blanda.
La candidata derrotada ha declarado que «Hollande es nuestro candidato; las primarias lo han hecho aún más fuerte. Pondré toda mi energía y toda mi fuerza para que él sea dentro de siete meses nuestro próximo presidente de la República».
Este domingo Hollande ha prometido llevar a los socialistas a la victoria electoral, pero ha reconocido que «la tarea que le espera es pesada y grave. Debo estar a la altura de los franceses que no pueden ya más con la política de Sarkozy».
Ahora el sueño francés que promete tiene posibilidades, después de sucesivas derrotas. Los modos de Sarkozy y las consecuencias de la crisis económica, han hecho caer su popularidad a solo el 30%.