Tras una primera ronda de consultas con los 27 gobiernos de la UE, el presidente de turno, el sueco Friedrik Reinfeldt, ha decidido convocar a los líderes de la Unión para el día 19 en Bruselas, en la que deberán elegir al primer presidente estable de la Unión y al responsable de la política exterior y de seguridad.
Reinfeldt ha confirmado que «no hay consenso» entre los socios y ningún nombre sobresale sobre otros como favorito. Por tanto, la cumbre «se presenta con dificultades», ha reconocido, y la elección se hará por mayoría de los 27. El día 1 de diciembre entra en vigor el Tratado de Lisboa y las decisiones deben tomarse antes.
Tony Blair, descartado en los últimos días como candidato a la presidencia, vuelve a coger fuerza ante la falta de nombres con más respaldo. Siguen sonando otros ya conocidos procedentes del Benelux, Juncker, Balkenende y Van Rompuy, y sólo aparece una nueva figura con posibilidades, la ex presidenta letona, Vaira Vike-Freiberga.
El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, ha declarado a France Inter que su país no tiene candidato y ha confirmado que hay un pacto con Alemania para que los dos países voten por la misma persona.
Tampoco el otro cargo a renovar está resuelto. Había cierto consenso para sustituir a Solana en torno al actual ministro británico de Exteriores, David Miliband, pero él mismo ha declarado que no quiere el cargo. Esto ha desbaratado los planes previstos y ahora toma fuerza el ex primer ministro italiano, Massimo D'Alema.
Su elección es importante porque resuelve también la composición de la Comisión Europea, ya que el Alto Representante para la política Exterior y de Seguridad es también vicepresidente del ejecutivo europeo y, por tanto, la composición de los comisarios depende de su nombramiento, en función del país al que represente.
España aspira a que Joaquín Almunia mantenga la Comisaría de Asuntos Económicos y Financieros, reforzada con más competencias. euroXpress