Grecia ha conseguido importantes avances en la adopción de medidas para reducir el déficit y la deuda, como le exigieron la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, para concederle un crédito de 110.000 millones de euros que salvara al país de la bancarrota.
Lo han constatado técnicos de las tres instituciones, que han estado en Atenas durante los últimos días, y concluyen que Grecia cumple y, por tanto, puede recibir en septiembre la segunda partida del plan de rescate que, en este caso, asciende a 9.000 millones de euros.
Grecia ha adoptado un durísimo plan de ajuste con reducción de salarios y pensiones y subida de impuestos que, según Bruselas y el FMI, está dando los resultados esperados. La contracción de la economía está en línea con las previsiones de caída del PIB de un 4% este año.
Todo bien, pero quieren que aún vaya mejor. Dicen las instituciones económicas que Grecia aún debe hacer frente a importantes desafíos y riesgos fiscales, para lo que resulta crucial endurecer el control del gasto y evitar la evasión fiscal de las grandes fortunas.
Las reformas, que han costado a Grecia varias huelgas generales y una movilización constante de trabajadores de diferentes sectores, están dando sus frutos, dicen los técnicos. «Restaurar la competitividad e impulsar el crecimiento potencial es crucial para el éxito del programa».
La misión de expertos advierte de que Grecia todavía no es capaz de acceder a los mercados internacionales de financiación y pide al gobierno de Atenas que aproveche el margen de maiobra que le da el respaldo financiero obtenido. euroXpress