Le esperaban sus colegas del Eurogrupo cuando Evangelos Venizelos dijo a la prensa que «Grecia es un país con dificultades estructurales. Pero Grecia no es el chivo expiatorio de la eurozona. Somos un país orgulloso. Tenemos el potencial y la capacidad de avanzar pese a la profunda recesión acumulada del 12% del PIB en los últimos tres años».
El ministro griego de Finanzas asegura que Grecia ha aprobado ya las medidas necesarias para cumplir sus compromisos internacionales. «El proceso de consolidación fiscal de los dos últimos años es muy fuerte y rápido, y ahora estamos preparados para presentar resultados», ha aventurado.
No todos piensan así en el Eurogrupo, donde se discuten los flecos para ultimar la reforma del fondo de rescate y, aunque no oficialmente, los problemas de Grecia. La entrega de los 8.000 millones de euros del sexto tramo del rescate sigue pendiente del informe de la troika y queda para una próxima reunión a mediados de octubre, aunque se piensa que no presentará más dificultades, porque se trata de evitar en un plazo inmediato la quiebra del país.
Otra cosa es cómo quedará el Fondo Europeo de Estabilización Financiera, cuya reforma han aprobado ya la mayoría de los parlamentos de los 27. Si habrá apalancamiento para aumentar las garantías sin que sea necesario aumentar su dotación, si debe haber más participación de los inversores privados en los posibles futuros rescates, o si el dinero del fondo se debe utilizar para comprar bonos de países con problemas... Todo necesita perfilarse, mientras los mercados acusan la inestabilidad día sí y día... también.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, a la entrada de la reunión de Luxemburgo, ha esquivado las preguntas sobre Grecia y ha ido a las generalidades: «Es esencial intensificar la consolidación fiscal y tomar decisiones sobre reformas estructurales que impulsen el crecimiento, como Italia y España han estado haciendo recientemente».
En la reunión de la eurozona entra por primera vez a debate si además de las medidas de estricto ajuste presupuestario para controlar el déficit y la deuda, hay margen para tomar medidas que impulsen el crecimiento.