Este viernes se ha firmado en Dubrovnik el Memorando de Entendimiento que inicia formalmente esta iniciativa.
El trabajo conjunto no sólo se centrará en la construcción de nuevos gasoductos, sino también en aprovechar lo mejor posible la infraestructura existente por ejemplo, permitiendo el flujo inverso. Una serie de proyectos de infraestructura, como el Trans-Adriático Pipeline (TAP), la terminal de GNL en Croacia y sistema de evacuación, el refuerzo del sistema en Bulgaria y Rumania, las interconexiones entre Grecia y Bulgaria y entre Serbia y Bulgaria, han sido identificados como las principales prioridades.
Este plan energético ayudará a diversificar las fuentes de abastecimiento, de forma que en última instancia, los Estados miembros de la región tengan acceso a por lo menos tres fuentes diferentes de gas.
En general, los proyectos de infraestructura deben ser financiados por los participantes en el mercado (CESeC), pero cuando sea necesario para que las obras finalicen a tiempo el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) podrán intervenir. Bruselas anima a los promotores a que hagan uso de las oportunidades que ofrece el nuevo Fondo Europeo de Inversión Estratégica (EFSI).
El vicepresidente de la Comisión Maroš Šefčovič, el comisario Miguel Arias Cañete y los Ministros de Energía y sus representantes de Austria, Bulgaria, Croacia, Grecia, Hungría, Italia, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, Albania, Antigua República Yugoslava de Macedonia, Serbia y Ucrania (Bosnia y Herzegovina y la República de Moldavia firmarán en una etapa posterior), han firmado el Memorando de Entendimiento y su Plan de Acción.
En vista de la situación vulnerable de Europa sudoriental Central cobra particular importancia la aplicación de proyectos de infraestructura. La mayoría de los países de la región de Europa del Sur-Central y Oriental no tienen acceso a un suministro diversificado de gas. Esto se debe principalmente a la falta de infraestructura que permita enlaces a fuentes alternativas de gas o por la existencia de contratos de suministro a largo plazo a un solo proveedor. Otros problemas son la falta de competencia en los mercados energéticos de la región y el uso ineficiente de las interconexiones.