Negociación agria y dura con descalificaciones entre gobierno y autonomías gobernadas por el PP a propósito de la recuperación económica y el empleo, pero consenso básico sobre las prioridades de la presidencia española de la Unión Europea y participación autonómica en el programa de actividades del semestre español al frente de la UE.
La espectacular bronca con que acabó este lunes la IV conferencia de presidentes ha dejado en segundo término el acuerdo alcanzado de cara a Europa: el compromiso de todas las administraciones para participar activamente con la presidencia española de la Unión.
Hay total acuerdo en las prioridades marcadas desde el gobierno: salida de la crisis, recuperación del empleo mediante una estrategia de crecimiento, desarrollo del Tratado de Lisboa, derechos ciudadanos, especialmente los referentes a la igualdad hombre-mujer, política exterior común y objetivos del Milenio.
El gobierno además se compromete a añadir a sus prioridades el refuerzo de la política de cohesión, pensando en la reforma de los fondos estructurales después de 2013. El documento final dice que «una UE con 27 Estados miembros, 500 millones de habitantes y más de 250 regiones no puede desentenderse de las cuestiones ligadas a la realidad regional y local».
Los representantes de las comunidades participarán en los consejos de ministros informales que se celebren en España durante la presidencia, en las mismas áreas que lo hacen ya en las reuniones formales del Consejo, Agricultura, Medio Ambiente, Empleo, Política Social, Sanidad, Consumo, Educación y Juventud.
Gobierno y autonomías consideran que la presidencia española de la UE es una oportunidad única para «el impulso de los sentimientos europeístas y los valores de la unión de libertad, tolerancia, pluralidad y solidaridad en una Europa de 500 millones de habitantes abierta a los pueblos que quieran compartir una convivencia en libertad, progreso y bienestar». euroXpress