Es lógica esta visión europea del proceso electoral, si tenemos en cuenta que la apuesta por este proceso fue valorada inicialmente con la prudencia y el escepticismo frutos del fallido intento de tantas experiencias anteriores.
Las especulaciones numerosas sobre una posible utilización del proceso de paz para conseguir otros objetivos —más aún viniendo de uno de los hombres «duros» del gobierno anterior— fueron disolviéndose con el avance de las negociaciones y con los acuerdos parciales conseguidos que, desde la sensibilidad europea en la solución de conflictos, suponen la oportunidad histórica para la superación de la violencia en Colombia.
La búsqueda de la paz como condición sine qua non para todo lo demás —más aún en un historial en donde por mucho tiempo, de forma errada, se ha asociado en el Viejo Continente a Colombia con guerra— explica el por qué el proceso de paz tiene incluso más apoyo en Europa del que pueda tener en Colombia. En numerosos ámbitos europeos se empieza a hablar del proceso de paz como un proceso irreversible. De forma especial ahora, superado el tercer punto de la negociación. Se preguntan qué candidato estaría dispuesto a pagar el costo histórico de dar al traste con una negociación tan avanzada. Error, craso error, a tenor de las posiciones mantenidas por el candidato del Centro Democrático.
Han pasado a un segundo plano por el lance electoral, el momento dulce que están atravesando las relaciones con Colombia en el ámbito económico y comercial, la firma del nuevo tratado de libre comercio con la UE, su desarrollo y la incidencia que en ello pudiera tener la victoria de uno u otro candidato. Dentro de las políticas de cooperación sólo existe una limitada preocupación por aquellas desarrolladas por las distintas agencias gubernamentales europeas, de la propia Comisión o de instituciones vinculadas a la política de paz, el apoyo a las víctimas y, sobre todo, a la construcción de un escenario de superación de la violencia y de posconflicto.
© Gustavo Palomares Lerma, 2014, Presidente del Instituto de Altos Estudios Europeos. En la actualidad dirige el proyecto europeo "Pedagogía de paz y gestión del postconflicto en Colombia" y forma parte de la Misión Internacional de Observación Electoral en las actuales elecciones presidenciales.