Déjenme que lo diga a voz en grito porque acabo de leer la noticia y una especie de calambre me ha recorrido todo el cuerpo. Una niña gitana, llamada Nicole, que vive en el condado británico de Essex y que tiene solo 12 añitos, ha obtenido la impresionante marca de 162 puntos en la prueba que mide el coeficiente intelectual.
La comunidad gitana, la minoría étnica más importante de Europa, sigue enfrentándose a la discriminación, la desigualdad y la exclusión. El acceso al empleo, la educación, la vivienda y la asistencia sanitaria sigue siendo desigual para muchos; los niños gitanos a menudo no pueden beneficiarse de una educación de la misma calidad que los demás niños. Los gitanos en España tienen una reivindicación particular la definición que de la palabra gitano hace la RAE.
Hace unos años fue Berlusconi. Este infame dirigente ─a quien la justicia italiana ha reconocido que es un delincuente adicto a la prostitución, que organizaba bacanales en su casa con jovencitas menores, ─autorizó la política represiva de su ministro del interior perteneciente a la racista Liga Norte con quienes gobernaba en coalición, enviando a los Balcanes, que estaban en plena guerra civil, a las pobres familias gitanas que huían de un enfrentamiento entre los «gadché» del lugar por causa de disputas territoriales.
Este titular aparece en uno de los diarios de la prensa digital española. Al final tendremos que darles la razón a la vista de los últimos acontecimientos, porque no parece que tenga buen recorrido alguna de nuestras acciones llevadas a cabo ante los juzgados a propósito de los incidentes de Castellar.
Aquella mañana de Junio de 1990 se respiraba un aire diferente en Estrasburgo. Yo me atrevería a decir que incluso una luz especial iluminaba aquella tierra alsaciana que fue testigo de las guerras mundiales más sangrientas ocasionadas por hombres que creyéndose dioses condenaron al exterminio a quienes consideraron seres inferiores.
Mandela, el preso que liberó al puebloDesgraciadamente el Gobierno francés está haciendo lo mismo que anteriormente han hecho otros: Tratar de pescar votos en los caladeros tradicionales que han sido y siguen siendo feudo de la extrema derecha o de aquellos grupos menos tolerantes que han hecho de su confesión nacionalista el credo superior ante el que se deben rendir todas las ideologías.
Las palabras del Ministro de Interior francés no dejan lugar a dudas: «La mayoría de los gitanos de Francia deben ser llevados hasta la frontera», ha propuesto Manuel Valls, levantando una polvareda en su propio Gobierno y una severa reprimenda por parte de la Comisión Europea. Según Amnistía Internacional, más de 10.000 gitanos han sido evacuados de Francia en 2013.