Una mano 87 euros, un trozo de brazo 65 euros; la cabeza del fundador del Estado soviético «no tiene precio» dicen los anuncios colgados en varias webs. Los ucranianos han derribado una estatua de otros tiempos que no quieren ver de nuevo. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso ha dicho este lunes que «la Unión Europea tiene el derecho y el deber de estar junto al pueblo de Ucrania en este momento dificilísimo».

Ucrania ha terminado con la posibilidad de una asociación con la UE de la forma más brusca posible. A golpes y con gases lacrimógenos, la policía ha disuelto a los manifestantes que, en Kiev, proclamaban su postura favorable a la UE. Y pone un precio sobre la mesa: 160.000 millones de euros es la cifra que necesita hasta 2017, para que su economía salga de su estancamiento.

Comienza en Vilna la tercera cumbre de la Asociación Oriental ensombrecida por el giro de Ucrania hacia Rusia. La reunión, a la que asisten los jefes de Estado y de Gobierno de los veintiocho Estados miembros, se cerrará este viernes con una declaración conjunta y con la firma de un acuerdo de asociación entre la UE y Georgia y Moldavia.

Los ucranianos favorables a la asociación de su país con la UE están dispuestos a mantener las movilizaciones. Los líderes de la UE dicen en un comunicado que el acuerdo de asociación «sigue sobre la mesa» y que «Ucrania debe decidir libremente qué tipo de compromiso quiere con la Unión Europea».