La Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) avisan a España de que la mala situación económica hace vulnerable al sector bancario y piden a las entidades que mantengan o refuercen su nivel de capital. Es el cuarto informe de dos de las instituciones que componen la troika que ha servido para comprobar que España podía salir del rescate sin pedir ayuda adicional, aunque deben mantenerse las reformas y la vigilancia.