Renovado el Parlamento Europeo y en pleno proceso para rematar los fichajes de los nuevos comisarios de la ejecutiva Juncker, se abre un periodo en Bruselas, a menudo turbio, en el que altos exfuncionarios de la UE se disponen a buscar nueva colocación. Ofertas no les faltan, grandes empresas lobistas les reciben con los brazos abiertos a modo de merecida recompensa por su trabajo en la formulación de regulaciones favorables. De la mano de organizaciones civiles para la «transparencia política», repasamos algunos ejemplos recientes de este comportamiento que la nueva Comisión promete erradicar.
Bruselas es estos días un mar de rumores. Desde que Jean-Claude Juncker empezara el lunes sus entrevistas personales con los candidatos a comisario europeo, no cesan de barajarse nombres, países, género y cargos. Hoy se ha entrevistado con varios candidatos de los 6 grandes países de la UE que, según los rumores, se quedarían con las carteras de más peso, principalmente las económicas. Para el comisario español sería la de Investigación, Desarrollo e Inversión, con lo que Miguel Arias Cañete no sería responsable de la agricultura comunitaria, como se había anunciado en las elecciones al Parlamento, sino de una de las áreas de más futuro y peso en la Comisión.
La número 5 de la lista en las elecciones al Parlamento Europeo el 25 de mayo, Iratxe García, será la portavoz de los socialistas españoles en la eurocámara, después de que el recién nombrados secretario general del PSOE, Pedro Sánchez haya cambiado a los portavoces en el PE, el Congreso y el Senado. Elena Valenciano, cabeza de lista en mayo, deja de ser la portavoz de los socialistas españoles.
Angela Merkel mueve los hilos de Europa y coloca a sus «marionetas», vía urnas (es el caso de Juncker) o «por presión» (en el caso de Donald Tusk), en los cargos más importantes de la Unión Europea. En la Europa bipartidista, los socialistas se quedan con los otros dos cargos de poder: el Parlamento Europeo para Martin Schulz y la cartera de exteriores, para Federica Mogherini. Sin igualdad de género y sin igualdad geográfica. La pregunta es si se ha escogido a los más aptos para el cargo o se ha cumplido el expediente.