Hace menos de una semana, José Ignacio Wert, ministro español de Educación, Cultura y Deporte, anunciaba los «recortes» de las becas Erasmus que pasarán a adjudicarse únicamente a aquellos alumnos que disfruten de una beca general. Las protestas de los estudiantes en el extranjero y la presión de Bruselas han obligado al ministro a rectificar.

La crisis europea ha puesto de manifiesto los defectos de la Unión Europea, una entidad todavía en construcción que revela carencias fundamentales como la falta de objetivos, o de dirección política que afronte retos necesarios como la resolución de la crisis económica, el elevado desempleo, la emigración o el auge de partidos de extrema derecha. Sobre esto hablaron esta semana en Madrid Enrique Barón, ex presidente del Parlamento Europeo, y Jean-Marie Cavada, conocido periodista francés y Eurodiputado.

El presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz, ha dicho en Barcelona, que recibe presiones para que tome posiciones sobre la cuestión catalana. «Es un tema muy delicado», ha dicho Schulz, que ha recordado que Europa «no puede resolver la independencia de Cataluña».

Las encuestas de opinión que se realizaron en la UE entre el 22 y el 25 de mayo sugerían un mayor apoyo a los partidos de extrema derecha, de extrema izquierda y antieuropeos, mientras que el resto sufre la frustración de los ciudadanos que han soportado estos últimos años problemas económicos, ajustes, atonía en el crecimiento y paro.

El daño que causa la corrupción en la UE asciende a 120.000 millones de euros al año y los beneficios de la trata de seres humanos se estima que son de unos 25.000 millones de euros anuales, según el texto aprobado este miércoles por el parlamento Europeo en el que se pide, entre otras cosas, que los condenados por corrupción no puedan presentarse a elecciones europeas ni nacionales, que no se les permita ejercer cargos políticos, directivos o administrativos y que los presupuestos de los partidos sean más transparentes.

¿Se imaginan todos los edificios de la UE en Bruselas apagados totalmente, por falta de acuerdo entre el Parlamento y la Comisión? ¿Se imaginan a los eurofuncionarios en su casa, sin cobrar por «cierre patronal»? Pues si no se lo imaginan, tampoco lo verán, porque la Comisión Europea ha descartado un cierre administrativo como el de Estados Unidos ante las diferencias entre el Consejo Europeo y el PE.