Un gran amigo, de los mejores, que es además un lector múltiple y de calidad, se extraña de que no publique en varios días. Le respondo que estuve ocupado en otros asuntos, algunos familiares. También en actividades relacionadas con la defensa de la pluralidad periodística y en campañas de defensa de los medios audiovisuales públicos, así como de los pequeños medios cooperativos y comunitarios.
«Cuando Margaret Thatcher ejercía como Primera Ministra, hubo un período en el que los halcones que ella había puesto en el gobierno le pedían que privatizara la BBC. Ella estaba en contra del canon (*que pagan todos los británicos por el servicio audiovisual público). Lo calificaba de «impuesto retrógrado».«Thatcher repetía que la BBC estaba contra ella porque que era un medio izquierdista; pero nunca dio pasos para acabar con la BBC, aunque siguiera criticándola durante sus años en el poder»
Hace un solo día, en una publicación digital que leo a diario y donde se ejerce –en general- un periodismo de cierta calidad, me vi sorprendido por un titular de claro sesgo antisemita. El titular encabezaba una historia de interés, por eso me pareció aún más inquietante. ¿Cómo es posible?, me dije.
El Frente Nacional se ha visto ampliamente favorecido por los medios de comunicación franceses, europeos e internacionales. Esa es la verdad, en contra de las habituales protestas de sus líderes, desde el padre fundador, Jean-Marie Le Pen, hasta su hija Marine, líder actual. Y su impacto es siempre menor del que logran hacer creer sus dirigentes, con ayuda de los medios.
Tras la segunda vuelta de las elecciones municipales, no es oro todo lo que reluce para los vencedores. Incluso para la victoriosa derecha de la Union pour un Mouvement Populaire(UMP), que tiene sus puntos negros. Y sabe que ha triunfado por deméritos del adversario, más que por ganas verdaderas de los electores. Tampoco el supuestamente «imparable» Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen impacta donde más deseaba.
Alcaldes del Frente Nacional: un viejo olor a podridoNo se trata únicamente de lo inquietante que resulta el fenómeno del ascenso de la extrema derecha en Francia, en realidad el Frente Nacional ha sido siempre un desastre como gestor. Y con algunas pocas excepciones (Bénin-Beaumont, Beziers, etcétera) lo más absurdo es que sus resultados de la primera vuelta, no fueron tan impactantes como su reflejo mediático. Nuestras propias reacciones periodísticas, con frecuencia, retroalimentan un experimento a menudo teñido de fracaso administrativo.
El derecho internacional no siempre funciona con la misma lógica que las lógicas paralelas de la historia o la geografía. Rusia ya ha recuperado la soberanía de Crimea. Para Moscú, ahora se trata de ver cómo consolida jurídicamente lo que ya fue antes, mucho tiempo, totalmente suyo. Pero, ¿hay otra perspectiva al otro lado de su limes occidental?