Según un nuevo estudio, empresas multinacionales manipulan políticamente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Algunas de esas trasnacionales violan abiertamente los derechos laborales de los trabajadores y normas ambientales que el organismo mundial defiende.
En 2014 se reflexionó mucho sobre la Primera Guerra Mundial (1914-1918), que en realidad fue en gran medida una guerra europea, aunque con profundas repercusiones en el siglo pasado.
La Liga de las Naciones del presidente estadounidense Woodrow Wilson (1913-1921) no pudo asegurar las condiciones para la paz duradera. Con la perspectiva del tiempo, el ensayo de John Maynard Keynes sobre las consecuencias económicas de la paz resultó notablemente premonitorio.
Los desastres naturales son una realidad para millones de personas y los pronósticos no hacen más que empeorar las perspectivas. Desde fuertes tifones a inundaciones y sequías o deslizamientos de terreno, son episodios que tienden a ampliar las desigualdades entre y dentro de los países y a dejar a las personas más pobres literalmente sin nada.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha dado su apoyo a una «Década Internacional del Agua para el Desarrollo Sostenible», mientras en el foro mundial se apura la negociación de los nuevos ODS, que deben aprobar los gobernantes del planeta en septiembre.
Antes de la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, que se celebrará en julio en Etiopía, la UE reclama un «verdadero cambio de paradigma» en la cooperación para el desarrollo internacional.
Este 2015 va a ser un año dedicado a sensibilizar a los europeos sobre la cooperación internacional para el desarrollo. Es la primera vez que una año europeo se centra en las relaciones exteriores de la UE y su lema es: «Nuestro mundo, nuestra dignidad, nuestro futuro».
Ni España ni el conjunto de la Unión Europea aprueban en cooperación al desarrollo, según la red de ONGDs europeas Concord. En 2013, la Ayuda Oficial al Desarrollo total de la UE se quedó en un 0,43% de la Renta Nacional Bruta; muy lejos del compromiso del 0,7%. Harían falta 41.000 millones de euros más para alcanzar la cifra comprometida. Sólo cuatro países europeos llegan o superan al 0,7%: Dinamarca (0,80), Gran Bretaña (0,72), Luxemburgo (1) y Suecia (0,90).