Una tarde de 2005 en el poblado de Ashton Hayes, en el noroccidental condado inglés de Cheshire, alguien inició una conversación en un bar sobre el cambio climático y la energía. Dos años después, vecinos del lugar habían reducido un 20 por ciento sus emisiones de dióxido de carbono y los costes energéticos. Ashton Hayes ahora procura convertirse en la primera comunidad neutral en carbono de Inglaterra.