El ministro de finanzas holandés.el socialista Jeroen Dijsselbloem, ha sido reelegido este lunes presidente del Eurogrupo durante los dos años y medio próximos. El único contrincante era el ministro español del Partido Popular, Luis de Guindos que ha confiado en que sería él el elegido hasta el último momento.
Los ministros de economía de los países de la zona euro, excepto Grecia, dicen que están dispuestos a hacer uso de todos los instrumentos a su alcance para «preservar la integridad y estabilidad de la eurozona».
Faltan pocos días para que se materialice el acuerdo con Grecia. Hoy no ha podido ser, pero ahora sí, es cuestión de pocos días. Los jefes de estado y de gobierno y los ministros de la Eurozona han enviado una señal política: el pacto llegará esta semana. La saga griega tendrá que esperar un poco más, hasta el miércoles, cuando el Eurogrupo se encuentre de nuevo.
En tres etapas que comenzarán el próximo 1 de julio y continuarán hasta 2025 se van a ir poniendo en marcha las diferentes medidas arriesgadas y pioneras en la UE, que pretenden completar la Unión Económica y Monetaria. La introducción de un régimen de Seguro de Depósitos Europeo, intercambio de soberanía entre los Estados miembros que tienen el euro como moneda o la creación de un futuro banco del Tesorode la eurozona, son algunas de ellas.
El ministro de Economía de España, Luis de Guindos, ha confirmado lo que en los pasillos europeos era ya un secreto a voces: quiere ser el próximo presidente del Eurogrupo. Pero para lograrlo tendrá que conseguir superar al holandés, Jeroen Dijsselbloem, actual presidente y ministro de Finanzas de Holanda, que ha confirmado su intención de renovar el mandato.
El tiempo se acaba para Grecia, dice el Eurogrupo. Los ministros de la zona euro se muestran «exasperados» por el poco progreso que se ha hecho hasta ahora en la lista de reformas del gobierno heleno. «El tiempo se acaba, es hora de empezar a acelerar el trabajo», ha declarado el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, reunido con los titulares de finanzas en Riga.
Grecia se desespera intentando convencer a sus acreedores europeos para que aflojen sus exigencias y el país y sus ciudadanos puedan recuperarse y tengan acceso a servicios sociales mínimos. Mientras, una multinacional canadiense se está beneficiando de las normas fiscales holandesas para no pagar impuestos a Grecia. La cantidad que se ha perdido es de al menos 1.700 millones de euros.