(CIDOB)
Puede sonar a tópico, pero de un político del sur de Europa se suele esperar que contribuya a desplazar el foco de interés de la UE hacia el sur y, en política exterior, eso quiere decir reforzar la política mediterránea. No va a ser la única prioridad de la nueva Alta Representante de la Política Exterior Europea, Federica Mogherini. La crisis con Ucrania y la tensión con Rusia así como las relaciones transatlánticas, marcadas los próximos años por la negociación del TTIP, van a consumir una parte importante de su tiempo.
Petro Porochenko confirma la victoria de una mayoría que se aleja de Rusia; pero si sólo los ingenuos creyeron que Maidan albergaba la certidumbre del progreso europeo, de nuevo la esperanza puede ser dañina. La guerra se estabiliza (aunque disminuya de intensidad) en el límite de choque entre los imperios: Washington-Bruselas, por un lado; Moscú, más allá. Nuestra Roma contra su Constantinopla.
La única carretera por la que aún se pueden introducir suministros a la zona oriental de Alepo, la mayor ciudad de Siria en poder de las fuerzas insurgentes, está sumamente dañada y expuesta al fuego enemigo. Todos los camiones que llevan trigo a las panaderías subterráneas, jabón y combustible para vehículos y generadores viajan por esta ruta. Los francotiradores concentran la atención en esta vía y otros frentes de esta ciudad de 2,1 millones de habitantes, mientras el gobierno de Bashar al Assad reduce el resto de la urbe a escombros con sus constantes bombas de barril.
Los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, han pedido a Recep Tayyip Erdogan, que mantenga un papel «conciliador» entre todos los turcos. Tras doce años en el cargo de primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ha sido elegido nuevo presidente de Turquía en unas elecciones históricas, ya que por primera vez el jefe del Estado es elegido directamente por los ciudadanos.
Los turcos deciden este domingo, por primera vez con sufragio directo, al que será futuro presidente del país. Y si se cumplen los pronósticos, el puesto ya tendría nombre: Recep Tayyip Erdogan. Con 60 años y primer ministro desde 2003 ha querido dar el salto a la presidencia porque no podía presentarse a un cuarto mandato. La mayoría de los sondeos le da un apoyo superior al 51%. Si fuera así ni siquiera habría una segunda vuelta. Erdogan ha hecho campaña pero tampoco ha tenido que despeinarse mucho.