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Puede sonar a tópico, pero de un político del sur de Europa se suele esperar que contribuya a desplazar el foco de interés de la UE hacia el sur y, en política exterior, eso quiere decir reforzar la política mediterránea. No va a ser la única prioridad de la nueva Alta Representante de la Política Exterior Europea, Federica Mogherini. La crisis con Ucrania y la tensión con Rusia así como las relaciones transatlánticas, marcadas los próximos años por la negociación del TTIP, van a consumir una parte importante de su tiempo.
Europa ha elegido. Tal y como se preveía en las últimas semanas, Donald Tusk, primer ministro de Polonia, sucederá a Herman Van Rompuy al frente del Consejo y la italiana Federicca Mogherini, ministra de Exteriores, como Alta Representante de Política Exterior. Los Veintiocho también han abordado la actual crisis en Ucrania y han barajado la posibilidad de imponer nuevas sanciones a Moscú.