«La salida de Alemania del euro solucionaría el problema financiero en la Eurozona».
Estas palabras de Tim Worstall, académico asociado senior del Instituto Adam Smith le han dado la vuelta a la tortilla en lo relativo al debate sobre la moneda única. Mientras todos los líderes europeos afirman que la salida de algún estado miembro del euro supondría su debacle financiera y la desestabilización de la UE, a juicio de Worstall, Alemania debería ser la que abandonara la moneda única.Cuando Wolfgang Schäuble, ministro de Hacienda de Alemania, planteó recientemente la opción de una salida de Grecia del euro, quería señalar que ningún miembro podía abstenerse de las disciplinas estrictas de la unión monetaria. En realidad, su iniciativa desencadenó un debate mucho más amplio sobre los principios que sustentan el euro, su gestión idónea y la propia lógica de su existencia.
La de la Unión Monetaria Europea nunca fue una buena idea. Recuerdo mi sorpresa cuando, siendo un joven profesor ayudante, comprendí que me oponía al Tratado de Maastricht. Consideraba entonces –y sigo haciéndolo– que la integración europea era algo muy positivo, pero la economía de libro de texto con el que entonces se enseñaba mostraba lo perjudicial que podría ser la UME, a falta de una unión política y fiscal europea.
El contundente resultado del referéndum griego (61,31-38,69 por ciento), celebrado el domingo 5, ha abierto un nuevo capítulo, no solamente en el devenir de la nación helena, sino en la propia esencia de la Unión Europea (UE). El futuro del euro, paradójicamente, puede convertirse en un tema secundario. Desde este lunes 6 habrá que pasar página a algunos capítulos de la historia europea que se han estado considerando como parte inconmovible del guión.
Finalmente el Gobierno alemán y la Comisión Europea han decidido enfriar los rumores que durante todo el fin de semana han calentado la política y la economía europeas. La Comisión ha dejado claro que la entrada en el euro es «irrevocable» y, el ejecutivo de Merkel ha dicho que su política ha sido siempre la de estabilizar la zona euro «incluida Grecia».
Con el Nuevo Año el euro ha entrado en Lituania cuando se cumplía el 15 aniversario del lanzamiento de la moneda única en 1999. Unos 337 millones de europeos en 19 Estados miembros comparten ya la misma moneda. Este es un logro importante para Lituania y para toda la zona euro. Desde esta mañana, los lituanos han comenzado a retirar efectivo y a pagar sus compras en euros.
El próximo 1 de enero de 2015, Lituania pasará a formar parte de la eurozona como ya hicieron Letonia en 2013, Estonia en 2011 o Eslovaquia en 2009. Con este movimiento el euro sigue sumando miembros a pesar de que durante la crisis se ha temido por una ruptura de la divisa común europea.