Los resultados de una reciente encuesta sobre el pensamiento de 3.500 jóvenes de entre 18 y 24 años en todos los países árabes, excepto Siria, acerca de la situación actual en Oriente Medio y África del Norte, revelan que la gran mayoría de ellos no tiene confianza en la democracia. La encuesta también contribuye a explicar por qué tantos jóvenes se sienten atraídos por el grupo extremista Estado Islámico.
Más de 25.000 combatientes que pretenden librar la «yihad» o guerra santa islámica han abandonado sus países para sumarse a grupos extremistas en el extranjero, según filtraciones de un informe reservado para el Consejo de Seguridad de la ONU y datos de otras investigaciones.
Hablamos con Gilles de Kerchove, coordinador europeo de la lucha contra el terrorismo
La amenaza terrorista crece a diario y, en paralelo, cobra más relevancia el trabajo de Gilles de Kerchove, que trata de coordinar las medidas antiterroristas de los Gobiernos de la Unión Europea, mantenerse al día de todos los instrumentos a disposición de la UE, y emitir recomendaciones políticas. En esta entrevista opina sobre cómo combatir esta lacra y el papel que podría desempeñar el Parlamento Europeo.La guerra civil en Siria acaba de cumplir cuatro años. En ese lapso el conflicto se cobró la vida de más de 220.000 personas, mientras que el Consejo de Seguridad de la ONU rechazó, mediante cuatro vetos, la adopción de medidas contra las atrocidades cometidas en el país de Medio Oriente. La organización independiente estadounidense Centro Mundial por la responsabilidad de Proteger resume la situación en un titular llamativo, «cuatro años, cuatro vetos, 220.000 muertos».
Las mujeres en Irak siguen siendo objeto de violencia física, emocional y sexual, según un nuevo informe desolador de dos organizaciones de derechos humanos. El informeconcluye que los ataques contra las mujeres, son una táctica de guerra en Irak, y destaca que las víctimas son castigadas por las agresiones que sufren, mientras el Código Penal absuelve a los responsables.
Es triste ver como un continente que fue cuna de una civilización, está marchando ciegamente hacia una trampa: la de una guerra santa contra el Islam. Para eso, bastaron tres terroristas musulmanes y un ataque asesino al semanario parisino Charlie Hebdo.
Es necesario salir de la comprensible oleada del «todos somos Charlie Hebdo» para examinar los hechos y entender que estamos en manos de unos pocos extremistas, colocándonos a su mismo nivel.
El perfecto acento británico del verdugo de James Foley el pasado mes de octubre hizo saltar todas las alarmas. Sin embargo, lejos de ser una excepción, cada vez son más los jóvenes europeos, que radicalizados, terminan haciendo las maletas para enrolarse en las filas del Estado Islámico, con destino a Siria o Irak.