562 escritores e intelectuales de 82 países piden a la ONU una Carta Internacional de Derechos Digitales y denuncian el espionaje a los ciudadanos. Los intelectuales han elaborado el manifiesto, «Escritores contra la vigilancia masiva», para protestar contra el espionaje por parte de empresas y Estados a los ciudadanos en la Red.
Los homosexuales perseguidos en sus países por su orientación sexual, podrán pedir asilo en Europa. El Tribunal de Justícia de la UE ha emitido una sentencia a favor de tres ciudadanos africanos que viven en Holanda. No bastará con que en su país la legislación tipifique como delito la homosexualidad, sino solo en aquellos que suponga el encarcelamiento de esas personas.
«Es igual que una cárcel. Un día allí son como 100 años», dice la nigeriana Jennifer, de 35 años, refiriéndose a lo que tuvo que soportar su tía en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Málaga, antes de ser deportada. Quizá sea peor que una cárcel.
«Los niños se han visto desproporcionadamente afectados por los recortes en los presupuestos sociales», lo que ha aumentado la indigencia y la malnutrición de este colectivo, el más vulnerable por la crisis económica». Así empieza el informe que ha realizado el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, sobre las repercusiones sociales de los recortes en España. Preocupa especialmente la situación de los menores que han sido desalojados de sus viviendas.
Nils Muižnieks es Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa desde el 1 de abril de 2012. En un año ha visitado 17 países europeos para recoger información sobre la situación de los derechos humanos en el continente. Ahora ha visitado España donde se ha interesado en dos temas: la infancia y los discapacitados.
La Campaña «Ropa Limpia» busca entre las ruinas del edificio Rana Plaza de Savar, un suburbio de Dacca, pruebas que demuestren que las empresas de prendas de vestir occidentales, trabajaban en uno de los cinco talleres derrumbados. Es la única manera de pedir indemnizaciones para los familiares de las víctimas y los trabajadores heridos.
Bangladesh, un grito por la seguridad laboral