La Habana celebra el 29 y 30 de este mes la primera ronda de negociaciones entre la Unión Europea y Cuba que se centrará en establecer una hoja de ruta para negociaciones posteriores. Cuba es el único país de América Latina con el que la Unión no tiene suscrito ningún acuerdo bilateral.
Hace años los cubanos formularon una máxima para describir su relación laboral con el Estado: tú (el Estado) haces como que me pagas y yo (el ciudadano) hago como que trabajo. De esa forma tan sintética y precisa se resume la reciprocidad de los trabajadores con los salarios irrisorios, totalmente insuficientes, que reciben por su condición de obreros, técnicos y profesionales dependientes del principal empleador existente en el país, o sea, el Estado.
En los ámbitos de la política exterior y las relaciones internacionales hoy se cuestionan la validez y eficacia de las sanciones a los Estados y de las medidas selectivas o «embargos inteligentes». Este debate se ha trasladado también a la sociedad civil donde se destaca su ineficacia y el sufrimiento, empobrecimiento social e institucional que se inflinge a sociedades y Estados. Desde su implantación en 1960, no han sido un medio idóneo para «imponer democracias», porque el hecho de la «imposición» niega el propio espíritu de la democracia.
En días recientes Cuba ha sido testigo de dos acontecimientos que acercaron mucho más a la isla al contexto caribeño y latinoamericano del cual, por años, se vio distanciada tras el triunfo revolucionario de 1959, un cambio político que llevaría al país a la expulsión de la Organización de los Estados Americanos, el bloqueo económico y financiero estadounidense y un dramático aislamiento continental.