«España» y «españoles» han sido las palabras más repetidas. Felipe VI juraba la Constitución y quedaba proclamado Rey de España minutos antes de las once de la mañana. El himno nacional ha precedido a un discurso que ha durado unos 25 minutos en los que el nuevo monarca ha hecho un llamamiento a la unidad de un país «donde caben distintas formas de sentirse español». La alocución también ha estado repleta de referencias a una necesaria renovación de la institución.
Este jueves se reúne el Eurogrupo y se debatirá el apoyo de los diferentes países al candidato del Partido Popular Europeo (PPE) que obtuvo mayoría en el Europarlamento, Jean-Claude Juncker. Italia y Francia han puesto sobre la mesa su postura: su voto a cambio de más flexibilidad y más tiempo para cumplir con los objetivos de déficit.
La Comisión Europea finalizará su mandato el 31 de octubre, y ha hecho balance del trabajo realizado en casi 4 años de mandato. euroXpress publica por secciones el balance que ha realizado cada uno de los 28 comisarios, incluido el presidente de la Comisión. José Manuel Durao Barroso, que ha dirigido desde el 20 de febrero de 2010, su segunda comisión, destaca que la crisis ha marcado gran parte de las políticas económicas y sociales de la CE.
«Tampoco esta vez Portugal derrota a Alemania». Así comienza la crónica futbolística de los 4 goles a 0 con los que la selección de Joachim Löw ha humillado a los pupilos de Paulo Bento. La contundente derrota, iniciada en clave política por el diario luso Público, deja escaso margen para las esperanzas mundialistas de Cristiano Ronaldo y compañía. Las ausencias para el próximo partido (frente a Estados Unidos, el domingo 22) de los madridistas Pepe (expulsado) y Coentrão (lesionado) aumentan si cabe el dolor de cabeza de Portugal.
Brasil 2014: Thomas Müller y su Alemania sonrojan a PortugalLas muy contemporáneas novelas medievales del galés Ken Follett transportan a un tiempo en que los ricos lo tenían todo, y los pobres no se tenían ni siquiera a sí mismos.
Esas historias ambientadas en los siglos XII, XIII y XIV reconfortan en cierto modo al lector contemporáneo, rodeado de comodidades, libertades y garantías.La marca de aquella época era la pobreza. Como dice el propio Follett, «el príncipe más rico vivía peor que, pongamos por caso, un recluso en una cárcel moderna».