Documentos internos que acaban de ser divulgados indican que Estados Unidos intenta bloquear una propuesta de reglamentación de la Unión Europea (UE) sobre cambio climático, con el fin de obligar a los países europeos a importar petróleo no convencional que especialistas consideran especialmente dañino para el ambiente.
La propuesta de paz que el presidente japonés de la organización budista Soka Gakkai Internacional (SGI), Daisaku Ikeda, realizara este año elevó mi atención de las noticias del día hacia inquietudes a largo plazo por una sociedad humana más pacífica, equitativa y sostenible que asegure nuestro futuro común.
La UE necesita combustible y lo necesita ya. Acaba de llegar al puerto de Bilbao, un cargamento de más de 77.000 toneladas de arenas bituminosas procedentes de Canadá. El crudo pesado será refinado en la planta de coque de la empresa Petronor en Muzkiz (Bizkaia), una de las cinco en Europa que posee la tecnología específica para el tratamiento de estos hidrocarburos.
El aumento del nivel de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera está haciendo que los alimentos básicos sean mucho menos nutritivos. Según un informe, el arroz o el maíz tendrán niveles más bajos de zinc y hierro a mediados de este siglo, si no se reducen las emisiones de CO2 procedentes de la quema de combustibles fósiles.
Los ministros de energía de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Gran Bretaña, Estados Unidos, y la UE se han reunido en Roma. Sobre la mesa de debate las nuevas medidas que deben adoptar para reforzar la seguridad energética colectiva. Las conclusiones se presentarán a la próxima reunión del G7 en junio en Bruselas.
Aunque para muchos ha pasado inadvertido, el 13 de abril el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó la tercera y última parte de un informe en el que se advierte sin rodeos que solo tenemos 15 años para evitar superar el umbral de un calentamiento global de dos grados. Más allá, las consecuencias serán dramáticas.
Cambio Climático: el IPCC advierte de que así vamos mal