A medida que la conferencia sobre el clima avanza hacia su fin en París, con el desafío colosal de que 195 países acuerden una política universal contra el cambio climático, las áreas urbanas surgen como una solución diferente pero complementaria al problema en todo el mundo.
Cuando solamente faltan cinco semanas para la cumbre definitiva en París organizaciones de la sociedad civil han expresado su decepción por el resultado de la última ronda de negociaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el cambio climático, en la ciudad alemana de Bonn, .
Un nuevo informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosféricade Estados Unidos concluye que 2014 fue el año más cálido de la historia. El informe, también indica que la parte oriental de América del Norte fue la única región importante del mundo que experimentó temperaturas anuales por debajo de la media.
Finalmente, tras una infancia difícil, el Fondo Verde para el Clima ha comenzado a dar sus primeros pasos. La gran interrogante ahora es qué rumbo tomará. Organizaciones de la sociedad civil sostienen que la propiedad local, la sostenibilidad y un firme compromiso con la energía limpia son algunos elementos no negociables para que pueda prosperar el FVC.
El calentamiento global es algo más real de lo que parece. Según los cálculos de Naciones Unidas, si no reducimos el ritmo de emisiones de gases a la atmósfera la temperatura de la Tierra crecerá 4ºC a finales de este siglo, lo que tendría consecuencias nefastas para la agricultura y el medio ambiente. Este jueves en Madrid más de 400 organizaciones han escenificado su compromiso conjunto en la lucha contra el cambio climático.
Ejecutivos de todo el mundo se han reunido en la capital francesa para una «Cumbre de negocios y el clima», mientras que manifestantes de la sociedad civil protestaban contra las empresas participantes, por considerar que «están en el origen» del cambio climático.
Está claro que no se va a alcanzar la meta de controlar el cambio climático. En la comunidad científica, muchos reclaman medidas inmediatas, pero en aras del realismo político se aceptó un objetivo poco ambicioso. Resumiendo, el acuerdo era detener el aumento del clima antes de 2020 y desde ese año dar inicio a un proceso destinado a revertir gradualmente el cambio climático hasta niveles seguros, para ser concluido antes de 2050. No obstante, en los últimos cuatro años ya se ha registrado un aumento de la temperatura de un grado, y solo resta otro grado hasta 2020.