No ha habido sorpresas en Frankfurt. Pese a las especulaciones que había despertado la baja tasa de inflación publicada por Eurostat el pasado lunes, el Banco Central Europeo (BCE) ha optado por dejar las cosas como están. Sin embargo, por primera vez el Consejo de Gobierno de la entidad ha debatido acerca de la posibilidad de adoptar medidas que estimulen la economía si los datos macroeconómicos siguen sin acompañar.
En el mes de marzo ha continuado el crecimiento a un ritmo lento de las empresas de la zona euro, aunque para mantener esa pequeña subida hayan tenido que bajar los precios una vez más. La recuperación parece que se consolida con esa continuidad y el regreso al crecimiento de Francia, la segunda mayor economía de la zona.
El Banco Central Europeo no ha movido los tipos de interés. Mantiene su principal interés al mínimo histórico del 0,25 por ciento, a pesar de las voces que señalan que la inflación puede entrar en una «zona de riesgo» por debajo del 1 por ciento.
Mario Draghi ha vuelto a repetir este lunes que «es demasiado pronto para decir que la misión esté cumplida» porque el nivel de paro en la eurozona sigue siendo «inaceptablemente alto» por lo que recomienda a los Estados miembros que sigan con las reformas y que cumplan el pacto de Estabilidad y Crecimiento.
La 'Troika', el consorcio formado por la CE, el BCE y el FMI, tiene los días contados. Para los eurodiputados la lucha contra la crisis debe tener un verdadero espíritu democrático, canales claros de responsabilidad y una mayor consideración hacia las consecuencias sociales de sus decisiones. Pero sobre todo, debe saber corregir sus propias recomendaciones cuando estas no resulten adecuadas
No lo tendremos en la mano hasta el 23 de septiembre, pero ya conocemos como es el nuevo billete de 10 euros. Su diseño es muy similar al que ya circula actualmente, pero incorpora avances tecnológicos que dificultarán la falsificación y será más duradero».
El informe de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, los tres prestamistas en el rescate de la banca española, es positivo pero cauto. España ha cumplido a pies juntillas lo que se pactó en el memorando pero debe continuar vigilando la estabilidad del sector bancario. Preocupa especialmente la elevada deuda del sector privado y la falta de crédito que sufren las Pymes.