La diversificación de las fuentes de electricidad en África mediante soluciones de energía renovable, como la solar, eólica, geotérmica e hidroeléctrica, se anuncia como una solución a la pobreza energética del continente.
Sin embargo, las delegaciones presentes en la Conferencia sobre Energía Renovable, celebrada en Abu Dhabi del 15 al 17 de este mes, observaron que solo un puñado de países africanos está aprovechando este tipo de recursos.
Hasta ahora, sólo Bután se había atrevido a condicionar la riqueza del país a su felicidad. La Felicidad Nacional Bruta (FNB), impulsada por el rey del país en 1972, apuesta por un desarrollo alejado de lo económico. Si se extrapola este medidor a otros países, ganaría Fiji, seguida de Colombia. Por regiones, ganaría África; mientras que la sonrisa desaparece de Europa.
La abrupta caída del precio del petróleo a escala mundial, vivida como una bonanza por millones de conductores de vehículos en Estados Unidos y Europa, podría socavar las frágiles economías de varios países africanos que dependen de su exportación. Los más vulnerables del continente más pobre son Angola, Gabón, Guinea Ecuatorial, Nigeria y Sudán, además de países en desarrollo como Argelia, Egipto y Libia, en África del norte.
La Unión Europea y Marruecos han celebrado una reunión del consejo de asociación para revisar las relaciones bilaterales entre ambas partes y analizar así las cuestiones relacionadas con el diálogo euro-árabe y el euro-africano. Durante el encuentro también se han tratado otros temas como la situación de Libia, Siria, el Sahel y el proceso de paz en Oriente Medio.
Maheshwar Basumatary, de 33 años, se ganó la vida durante más de cinco años matando animales salvajes en los bosques protegidos del Parque Nacional de Manas, una reserva de tigres y elefantes en la frontera entre India y Bután que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En 2005, Basumatary entregó su arma a la policía y desde entonces se dedica a cuidar cachorros de rinocerontes y leopardos abandonados.
Expertos en salud y autoridades de todo el mundo advierten de que la rápida expansión del virus del ébola en África occidental, que ya ha causado 3.000 muertes, supera los esfuerzos regionales e internacionales para frenar la epidemia, «No nos movemos con la rapidez suficiente. No estamos haciendo lo suficiente», ha dicho el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en una reunión especial sobre la crisis del ébola celebrada en la ONU.