¿Crisis económica o falta de inversión? Lo cierto es que España sigue, un año más, a la cola de los países de la Unión Europa en innovación, pese a un ligero crecimiento en inversión desarrollado en los últimos años.
Es lo que destaca el último Indicador de resultados de la innovación publicado por la Comisión Europea, creado por Bruselas a petición de los líderes europeos para valorar las políticas nacionales en esta materia. En un índice donde 100 es la nota media, la Unión Europea, avanza de 100,0 a 104,4 ayudada gracias a la exportación de servicios de conocimiento intensivo y exportaciones de bienes y servicios de alto conocimiento.
España se queda en el 87.4, una cifra ligeramente superior a la anterior, 82,8. Noruega con un 87,7 y Estonia con un 84,3 son los países que se encuentran justo delante y detrás de nuestro país, pero hasta 10 puestos por debajo de la puntuación media de la UE.
Existen seis categorías de países según su grado de innovación. A la cabeza se encuentra el grupo formado por Suecia, Alemania, Irlanda y Luxemburgo que superan la barrera de los 120 puntos y sobresalen por encima del conjunto de la Unión. Les siguen Dinamarca, Finlandia y Reino Unido, con una muy buena posición con valores que se mueven entre 110 y 120.
También arrojan cifras positivas, Francia, Bélgica y Holanda con valores al unísono de los que hace gala la UE, de entre 100 y 110. En un grupo medio alto, se sitúan Austria, Hungría, Eslovenia, Italia y Chipre, con entre 90 y 100 puntos.
En un nivel medio bajo y acompañando a España, República Checa, Estonia, Grecia, Malta, Rumanía y Eslovaquia entre los países con un nivel «medio bajo» con una puntuación entre 80 y 90 puntos. Los peores resultados se los llevan Polonia, Croacia, Portugal, Letonia, Lituania y Bulgaria.
«España ha mostrado un grado bajo de desarrollo en la innovación tanto de patentes como en exportación, aunque su grado de dinamismo y actividades de elevado conocimiento se ha definido como bueno», especifica dicho informe sobre España al escalar casi cinco puntos, aunque aún sigue siendo bajo respecto a la media de la UE.
La Comisión Europea ha instado a los Estados miembros a aumentar las políticas nacionales en innovación y a superar las diferencias tan significativas que hay entre los socios.
En el plano global, la UE obtiene buenos resultados, pero anda muy lejos de algunas de las economías más innovadoras del mundo. Japón, Estados Unidos, y Suiza, lideran la clasificación. En este análisis se tiene en cuenta las ideas de sectores innovadores que llegan al mercado, crean mejores empleos y aumentan la competitividad de Europa.
Se analizan cuatro componentes en función de su contribución al Producto Interior Bruto (PIB): El primero es la innovación tecnológica (número de patentes), el empleo en empresas de sectores innovadores en comparación con los negocios más tradicionales, la contribución que hacen los productos de alta y media tecnología a la balanza comercial total y a los servicios intensivos en conocimiento como media del total de las exportaciones de servicios.