Han sido 17 días de maniobras milimétricas, que según ha explicado Daniel Navarro-Reyes, uno de los analistas de la misión Galileo, «han transcurrido según lo previsto, con unas excelentes prestaciones en términos de orientación y empuje». Han conseguido que su perigeo, es decir, el punto de la órbita más cercano a la Tierra, se eleve más de 3.500 kilómetros, haciendo que su trayectoria sea mucho más circular.
Y es que poco después del lanzamiento, en la ESA saltaban todas las alarmas al comprobar que el satélite se había situado en una órbita elíptica que en determinados momentos se alejaba hasta 25.900 kilómetros de la tierra. «Demasiada distancia para emitir las señales necesarias», lamentaban entonces. La única solución pasaba por aprovechar el momento en el que el satélite pasara más cerca de la Tierra para intentar modificar su recorrido.
Según han explicado desde la ESA, en esta nueva posición, Galileo 5 sobrevolará el mismo punto del planeta cada 20 días, lo que le permitirá seguir el patrón de 10 días que sigue el resto de la constelación Galileo. Además, los técnicos aseguran que ahora tiene capacidad de encender su carga útil de navegación. «La órbita final es la que habíamos planeado, lo que demuestra el alto grado de profesionalidad de todos los equipos involucrados», se enorgullece Navarro-Reyes.
Una alternativa al GPS
En el año 2000 la ESA puso en marcha la misión Galileo, con el objetivo de crear una red de posicionamiento europea gracias a 24 satélites interconectados. El principal objetivo era que la Unión Europea dejara de depender del sistema GPS estadounidense, y de paso, utilizar esta red de satélites como herramienta de gestión de emergencias o para el transporte marítimo.
Los trabajos para recuperar a Galileo 5 se han llevado a cabo en el centro de control de Oberpfaffenhofen en Alemania, y han contado con la participación del Centro de Operaciones Espaciales de la ESA en Darmstadt, también en Alemania, y de la agencia espacial francesa CNES. Sus esfuerzos se centran ahora en localizar el sexto satélite que se extravió durante el fatal lanzamiento, y tienen previsto realizar una maniobra similar cuando su órbita pase por el punto más cercano a la Tierra.