Unos 12.000 científicos, investigadores y activistas de 200 países, además de 800 periodistas, se reunieron desde el domingo 20 en Melburne para analizar los avances y retrocesos en la prevención del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida), y en el tratamiento para prolongar y mejorar la calidad de vida de las personas seropositivas.
La Sociedad Internacional sobre el Sida y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) señalaron que 35 millones de personas vivían con el virus en 2013, pero que 19 millones ignoraban ser seropositivas.
Ese año cerca de 2,1 millones de personas se infectaron con el VIH y 1,5 millones murieron de enfermedades derivadas del sida.
Pero la buena noticia es que la transmisión del VIH ha disminuído en el mundo, según Michel Sidibé, director ejecutivo de Onusida, y que los medicamentos antirretrovirales que inhiben y enlentecen la replicación del virus, aunque no lo erradican, han salvado la vida a millones de personas.
Unos 13 millones de personas reciben la terapia antirretroviral, por lo que ha habido un 20 por ciento menos de muertes derivadas del sida entre 2009 y 2012. En 2005 solo 1,3 millones accedían a la terapia.
Sidibé dijo que al menos 28 millones de personas deberían recibir la terapia. Cifras de Onusida indican que el gasto en el tratamiento y prevención del VIH asciende a 19.000 millones de dólares anuales, y afirma que debería llegar como mínimo a 22.000 millones de dólares en 2015 para ser suficiente.
«Hemos hecho más en los últimos tres años que lo hecho en los anteriores 25», aseguró Sidibé, aunque advirtió que estos avances se enfrentan a retrocesos como las leyes que penalizan la conducta homosexual, el consumo de drogas por vía intravenosa y el trabajo sexual, y puso como ejemplo a Rusia y varios países africanos.
Los activistas y los expertos afirman que estas políticas fomentan la expansión del VIH porque llevan a homosexuales, usuarios de drogas inyectables y trabajadores sexuales a ocultarse y a no recurrir a los servicios de prevención.
«No vamos a quedarnos de brazos cruzados cuando los gobiernos, violando todos los principios de los derechos humanos, aplican leyes monstruosas que solo marginan a las poblaciones que ya son las más vulnerables de la sociedad», declaró Francoise Barre-Sinoussi, presidenta de la IAS y de la conferencia de Melbourne, además de coganadora del Premio Nobel de Medicina en 2008 por descubrir el virus que causa el sida.
La declaración final de la conferencia reclamó la tolerancia y la aceptación de las poblaciones objeto de esta ofensiva homofóbica e instó a los gobiernos a derogar las leyes represivas y a cesar en las políticas que refuerzan la discriminación y la estigmatización, ya que aumentan la vulnerabilidad al VIH.
Los organizadores de la conferencia recordaron que más de 80 países penalizan la homosexualidad, algunos con cadena perpetua y hasta con pena de muerte.
Malas noticias para Asia y el Pacífico
Aunque las infecciones de VIH disminuyeron en el mundo en general, algunos países van en sentido contrario.
Sharon Lewin, una experta australiana en enfermedades infecciosas que copresidenta de la conferencia con Barre-Sinoussi, dijo que Pakistán, Indonesia y Filipinas experimentaron epidemias en las poblaciones vulnerables que causaron «alta preocupación» en 2013.
Los hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), los trabajadores y trabajadoras sexuales, los usuarios de drogas inyectables y las personas transgénero son las poblaciones de mayor riesgo en esos tres países, explicó Lewin.
Señaló que aunque África subsahariana tiene la mayor población con VIH, con 24,7 millones de adultos y niños, le sigue Asia y el Pacífico con 4,8 millones de personas. Se calcula que en esta región hubo 350.000 infecciones nuevas en 2013.
Aparte de Pakistán, Indonesia y Filipinas, Tailandia y Camboya también son causa de inquietud. En India se mantienen tasas alarmantes, con un 51 por ciento de todas las muertes derivadas del sida en Asia. Las infecciones de VIH en Indonesia han crecido un 48 por ciento desde 2005, añade Lewin.
No obstante, Onusida pronostica que el sida no existirá en el año 2030. Sidibé presentó la «iniciativa 90-90-90» cuyo objetivo es la reducción en un 90 por ciento de las nuevas infecciones, de la estigmatización y la discriminación, y de las muertes derivadas del sida.
«Nuestra meta es lograr que la epidemia esté bajo control para que ya no represente una amenaza para la salud pública de una población o un país. Nadie debe quedar excluido», subrayó Sidibé.
En la conferencia de Melbourne también se habló de soluciones esperanzadoras, como los dispositivos portátiles de análisis de la carga viral del VIH que presentaron empresas farmacéuticas, y nuevas estrategias de asesoramiento que incluye una mejor capacitación de los consejeros.
La Organización Mundial de la Salud divulgó pautas relativas a la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la atención del VIH con el fin de ayudar al personal y las autoridades sanitarias a desarrollar políticas que incrementen el acceso a los análisis clínicos y el tratamiento y la reducción de las infecciones en cinco poblaciones vulnerables.
Las cinco poblaciones son los hombres que tienen sexo con hombres, los usuarios de drogas inyectables, los trabajadores sexuales, las personas transgénero y las personas privadas de libertad, que constituyen 50 por ciento de todas las nuevas infecciones por año.