Tal y como se esperaba, una amplia mayoría de la Cámara de los Comunes ha rechazado la moción que pedía la convocatoria de un referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea. Sin embargo, la votación ha vuelto a desvelar la división existente en el Partido Conservador sobre la cuestión porque el primer ministro, David Cameron, no ha conseguido frenar a sus diputados rebeldes.
Han sido 483 votos, en contra y 111, a favor, de los que unos 80 pertenecen al partido del actual gobierno británico, un número mayor al esperado, después de que Cameron haya apelado a la disciplina de partido para rechazar la moción, que estaba apoyada por 100.000 firmas.
El primer ministro había invocado el interés nacional para justificar que no es el momento de convocar un referéndum sobre Europa en plena crisis económica. El ala derechista de los tories le acusa de haber suavizado sus posturas sobre la UE para contentar a los liberales, socios en la coalición de gobierno.
En el debate parlamentario, Cameron ha reiterado su compromiso de devolver a Londres poderes que ahora tiene Bruselas, pero ha reiterado, a su manera, que superar la crisis económica es algo previo. «Cuando la casa de tus vecinos está ardiendo, el primer impulso debería ser ayudarles a apagar las llamas, no sólo evitar que las llamas lleguen a tu casa», ha dicho.
El líder laborista, Ed Miliband, ha apoyado a su rival en esa idea pero ha añadido que«la mejor respuesta a las preocupaciones de los británicos sobre la UE es que se reforme el modo en que funciona, no salir de ella».