En Madrid se han repetido las escenas del 15-M con una Puerta del Sol abarrotada mayoritariamente por jóvenes, pero también por familias y gente de cualquier edad que se suma a la reivindicación del cambio global. La protesta iba de lo general, contra un sistema financiero y político que olvida a quienes lo necesitan, hasta lo concreto, desahucios, empleo o vivienda. Indignadoses poco, decía una pancarta.
En el mismo espíritu, los manifestantes se han reunido cerca de la Bolsa de Londres, en la neoyorkina Times Square, en el barrio europeo de Bruselas o en el Paseo de Gracia de Barcelona.
Solo en Roma, la manifestación de indignados se ha visto empañada por la actuación de un grupo de unas cuarenta personas que han prendido fuego a coches, asaltado tiendas y bancos y provocado destrozos.
Los periódicos digitales de todo el mundo destacan el éxito de las marchas y la capacidad de convocatoria del movimiento. Algunos de los organizadores han destacado que se ha demostrado que los indignados siguen con la misma fuerza y que los debates, charlas y experiencias que se han realizado en la sombra desde el 15-M han dado resultados hoy en la calle.