La crisis ha provocado que 5.000 compañías hayan dejado de lado estas inversiones y «lo más probable es que las más pequeñas hayan desaparecido», lamenta Juan Mulet, director general de Cotec. Entre 1995 y 2008 las inversiones en I+D+i crecieron a buen ritmo, incluso con subidas de más del 16%. Pero la crisis provocó un giro de 180º en las políticas empresariales, dando comienzo, en 2009, a un periodo de caída libre. En 2013, el último dato disponible, estas inversiones han descendido un 2,8%, confirmando la tendencia a la baja.
Según los últimos datos del INE, en 2013 el gasto global en investigación y desarrollo ascendió a 13.012 millones de euros, lo que supone un 1,24% del PIB. Aunque todavía estamos lejos del 2% que se ha marcado como objetivo para 2020, por primera vez en estos años de crisis las inversiones del sector privado superan a las del sector público. «Los últimos datos que tenemos son de 2013, y todavía no reflejan las consecuencias de la mejora económica, que previsiblemente se verán reflejadas en estos indicadores», advierte Mulet.
El estudio pone de manifiesto, que lejos de hacer nuevos gastos en innovación, las empresas han destinado sus inversiones principalmente a pagar las nóminas. El 92% del dinero se ha destinado a gastos corrientes, y las retribuciones del personal dedicado al I+D+i han aumentado un 1,6%. «Las empresas se han esforzado en mantener a los trabajadores», explica Mulet, que lamenta la escasa inversión en «nuevos activos».
«El desmantelamiento de este tejido empresarial, formado por empresas que apuestan por la innovación como base para su competitividad y que es fundamental para nuestro país, está hipotecando nuestro futuro desarrollo», advierte el director de Cotec. Las más perjudicadas por esta destrucción empresarial han sido las compañías más pequeñas, las que tienen entre 10 y 49 empleados, donde las inversiones en I+D+i se han desplomado más del 44%.
A la cola de la UE
La evolución del I+D+i en España contrasta con el comportamiento de otros países europeos. «Es el único país donde se han reducido las inversiones», ha lamentado Mulet durante la presentación. Francia o Alemania, por ejemplo, han fomentado la investigación y el desarrollo, manteniendo el crecimiento de estos gastos entorno al 2% y el 4%, respectivamente. Otros, como Reino Unido, consiguieron revertir la brusca caída de 2009, apostando por invertir en I+D+i en los años posteriores.
«Esta pérdida de capacidad en innovación hará más difícil para España abordar la reindustrialización que exige el mercado global y fomentar un emprendimiento capaz de generar alto valor añadido», advierte Juan Mulet. Sin embargo, el estudio deja un lugar para la esperanza. «Parece que los de fuera se fían de nosotros», ha bromeado, al explicar que los fondos extranjeros en 2013 financiaron casi el 7% de las inversiones.
Otra de las consecuencias es el descenso que está sufriendo el número de investigadores. «Es preocupante el parón que está viviendo la actividad científica, porque cuando te paras, vas para atrás», ha recordado el director de Cotec. Por comunidades autónomas, el País Vasco fue la única región que logró el objetivo de invertir el 2% de su PIB en Investigación, innovación y desarrollo, la meta que se ha marcado España para 2020. Por encima de la media nacional se sitúan también, por este orden, Navarra, Madrid y Cataluña. En el otro extremo encontramos a Baleares, Canarias y Castilla-La Mancha.