El informe Panorama de la salud: Europa 2012, elaborado por la OCDE y la Comisión Europea revela grandes diferencias en los ajustes realizados por los Estados. El caso más llamativo es el de Irlanda, que ha pasado de gastar en Sanidad un 6,5% anual de media entre 2000 y 2009 ha reducirlo en un 7,9% en 2010. Otro de los países rescatados por la UE y el FMI ha notado enormemente también la reducción y ha pasado en ese periodo del 5,7% a -6,7%
Sin embargo, no todos los países más afectados por la crisis han actuado igual. En Portugal, el recorte ha sido del 0,5% en 2010 y en España, del 0,9%, justo por encima de la media de la UE. Hay que señalar que estos dos países los mayores ajustes presupuestarios y su repercusión en el gasto sanitario se han dado después de 2010, fecha que utiliza el informe como punto de comparación con los años anteriores.
Entre los que más invirtieron ese año en salud hay pobres y ricos. Rumania es el país de la UE que más gastó, un 4,2% más en 2010; Alemania, un 2,7%; Eslovaquia, un 2,4%; Italia, un 1%; y Francia, un 0,8%. El Estado comunitario que más invierte en Sanidad es Holanda, un 12% en 2010; seguido de Francia y Alemania, con un 11,6%. La media europea fue ese año del 9%, dos décimas menos que el año anterior.
Dentro del área de sanidad de donde más se recorta es de los programas de prevención de enfermedades o de salud pública, como tabaquismo, alcoholismo, nutrición o actividad física. A los autores del informe este hecho les parece preocupante porque consideran que el gasto en prevención puede ser mucho más rentable que el tratamiento de enfermedades.
La Comisión Europea pone como ejemplo el sobrepeso que tienen la mitad de los adultos en la UE y la obesidad, que afecta al 17% de los ciudadanos. En la última década, las tasas de obesidad se han duplicado en muchos países europeos y llegan al 25% en Hungría y Reino Unido.
Otro dato que desvela el informe es que la escasez de personal sanitario sigue siendo un grave problema en la UE, a pesar de que el número de médicos por habitantes ha pasado en la última década de 2,9/1.000 en el año 2000 a 3,4/1.000 en 2010. Con una peculiaridad, hay muchos más especialistas que médicos generalistas, debido «a la tradicional falta de interés» en la medicina de familia y la escasa remuneración, lo que plantea una importante preocupación de cara al acceso a la atención primaria para ciertos grupos de población.