La reunión ministerial del G20, celebrada en París, iba a ser un trámite previo a la cumbre que los líderes de los 20 celebrarán en Cannes a comienzos de noviembre. Sin embargo, aquí ya se han visto posiciones y maneras.
Lo más inmediato, resolver la crisis de deuda en Europa. La esperanza, que la mayor capacidad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, recogiendo la opinión de todos los ministros, afirmo que para salir de la actual situación, es necesario que Europa dé solución a tres problemas: el de sus bancos, el de sus redes de seguridad y el de la deuda griega.
Todas las expectativas están puestas en lo que resuelva el Consejo Europeo del 23 de octubre, en el que se deben concretar los planes de la UE para salir de la crisis, una vez que el FEEF ha sido ya ratificado por todos los parlamentos de los 15 socios de la eurozona.
Para dar dinero a los bancos no parece haber problema. En su declaración final, el G20 se compromete a «seguir proporcionando, a través de sus bancos centrales, acceso al crédito para garantizar la liquidez del sistema financiero».
El asunto polémico ha sido el de los recursos del Fondo Monetario Internacional. El ministro francés de Finanzas, François Baroin, presidente de turno del G20, afirmó que «se ha acordado que el FMI disponga en todo momento de fondos para reaccionar a cualquier crisis global», pero no se ha encontrado la fórmula.
La cuestión es que si los países emergentes hacen mayores aportaciones al FMI exigirán a cambio un mayor papel y eso cambia las actuales reglas, especialmente para Estados Unidos. Lagarde afirama que la reforma de las cuotas y el aumentode las contribuciones deben hacerse de forma completa.
El problema se aplaza hasta la cumbre de jefes de Estado y de gobierno del G20 en Cannes, los días 3 y 4 de noviembre.