Los datos de la organización son contundentes: las empresas del IBEX 35 tenían 810 empresas registradas en territorios de baja tributación durante 2013; ese año aumentaron sus filiales en paraísos fiscales en un 44,35 por ciento respecto al ejercicio anterior (pasaron de 561 a 810). Los destinos destacados son Delaware (Estados Unidos), Holanda y Luxemburgo. Mientras que la empresa con más presencia en zonas opacas es el Banco Santander (entidad que también apareció recientemente en la Lista Falciani), seguida de ACS, Iberdrola, Abengoa y BBVA.
Más del 25 por ciento de la inversión extranjera de las empresas españolas las realizan entre sus propias filiales, revela también el informe 'La ilusión fiscal', que se acaba de hacer público. En él se pregunta cuánto contribuyen las grandes empresas a las arcas públicas: «Es difícil de saber por la opacidad que las rodea y porque han creado estructuras empresariales tan complejas que hace casi imposible rastrear las operaciones que hacen», se autorresponden. Y añaden que no contribuyen en la proporción justa que deberían: «Cada año, las grandes empresas aportan tan solo un 5,3 por ciento de sus beneficios contables. Muy lejos de lo que marca la ley tributaria (un 30 por ciento). Una serie de vericuetos (en su mayoría legales) les permiten llevar sus beneficios a paraísos fiscales para pagar lo menos posible». Según la Agencia Tributaria, las PYMES pagan de media el 16 por ciento de sus beneficios, tres veces más que las grandes compañías. Si la presión fiscal efectiva de las grandes empresas hubiera sido al menos como la de las PYMES, podrían haberse recaudado 8.227 millones de euros adicionales en tan sólo un año, el equivalente a la inversión pública para la escolarización de más de un millón de alumnas y alumnos
Añade la organización, que ha elaborado los datos pidiendo información directamente a las grandes compañías, que las empresas del IBEX35 informan muy escasamente sobre su política fiscal y apenas un 10 por ciento de ellas informa de cuánto pagan y en qué países del total en los que están presentes.
Por todo ello, desde Intermón recuerdan que la recaudación de impuestos es la forma en la que el Estado obtiene los fondos necesarios para garantizar las políticas sociales que benefician a todos los ciudadanos, pero sobre todo a los más vulnerables. «Si esta recaudación se produce de forma injusta, es insuficiente o se pierden muchos recursos por la evasión y elusión fiscal de unos pocos más poderosos, provoca un incremento de la desigualdad y la pobreza», insisten.
Este contexto ha provocado que la organización lance una campaña para poner fin a estas prácticas de ingeniería fiscal, exigiendo a todos los partidos políticos que incluyan en sus programas electorales una Lay contra la Evasión fiscal; y a los líderes del mundo una Cumbre Fiscal Mundial, para empezar a construir un sistema de reglas justas para todos los países. Además, hace una serie detallada de propuestas para lograr estos objetivos.
Siguiendo con la situación de España, un 26 por ciento de la inversión española hacia el exterior serían préstamos de las matrices españolas a sus filiales, que se realizan al margen de los canales de financiación tradicionales, según las estadísticas oficiales elaboradas por el Ministerio de Economía y Competitividad.
La situación en otros países
En el informe de más de 80 páginas que arropa a la campaña, Oxfam estima que cada año los países calificados como "en desarrollo" pierden al menos 100.000 millones de dólares por los abusos fiscales de grandes transnacionales, tanto por la evasión y elusión fiscal como por los incentivos discrecionales concedidos a algunas grandes empresas. Esta cantidad es cuatro veces superior a lo que se necesita para escolarizar a todos los niños del mundo, recuerda la organización. La Comisión Europea y la consultora PriceWaterhouseCoopers estiman que los países en desarrollo podrían incrementar su recaudación fiscal sobre los beneficios empresariales en un 40 por ciento en cinco años si se pusiera fin a los abusos en los precios de transferencia de las grandes empresas
Mientras, la Unión Europea deja de recaudar cada año por la evasión y la elusión fiscal un billón de euros, el equivalente a dos veces el gasto público en salud de sus 508 millones de habitantes.
En su repaso a cifras contundentes, Intermón Oxfam, que también explica en qué consiste la ingeniería fiscal que usan las empresas para pagar menos impuestos, recorre varios puntos del globo. Aquí algunos ejemplos: la recaudación que podría generarse al gravar los rendimientos de los capitales que los ricos latinoamericanos esconden en paraísos fiscales sería más que suficiente para que 32 millones de latinoamericanos salieran de la pobreza; es decir, todas las personas que viven en pobreza en Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador y Perú juntos. Desde Ecuador salieron 4.000 millones de dólares hacia paraísos fiscales el año pasado. En Sierra Leona, en 2012, los incentivos fiscales aplicados a sólo seis empresas equivalían al 59 por ciento del presupuesto total del país: más de ocho veces el gasto público en sanidad y siete veces el gasto en educación. El 16 por ciento de los flujos de inversión que salen de Brasil tienen como destino las Islas Caimán y el 67 por ciento de la inversión que recibe Bostwana proviene de Luxemburgo, «es decir, utilizando vehículos de inversión para minimizar la contribución fiscal tanto en el país de origen como en el de destino y aprovecharse del secretismos de estos territorios», recoge el informe. Y así, un largo etcétera.