Más de seis horas de reunión para decir que no hay nada decidido. Los ministros de Finanzas de la zona euro han vuelto a aplazar la entrega de los 8.000 millones de euros que necesita Grecia. Otro mes más hasta evaluar las negras cuentas de Atenas. Tampoco se consiguió avanzar en la reforma del fondo de rescate pero, con más incertidumbres añadidas, en la rueda de prensa se repitió que «nadie quiere la quiebra de Grecia ni su salida de la eurozona».
Se había insistido en que Grecia necesitaba el dinero del sexto tramo del rescate para pagar pensiones y salarios en octubre. Ahora parece que no, que puede resistir hasta noviembre. De modo, que el Eurogrupo suspende la reunión prevista para el próximo día 13, hasta saber que las cuentas del gobierno griego corresponden a los compromisos exigidos.
«Evaluaremos las medidas, revisaremos las cifras y después presentaremos un informe global al Eurogrupo», ha dicho el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, pendiente todavía del informe que la misión de expertos internacionales realice en Atenas.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se mostró satisfecho por las medidas adoptadas por el gobierno de Papandreu, pero pidió que se conviertan en ley lo antes posible y entren en vigor, además de reclamar más ajustes y privatizaciones en Grecia.
Con todo, la cantinela de la solidaridad con Grecia es lo que quiso subrayar: «Nadie ha defendido la quiebra de Grecia, se hará todo para evitarlo y se evitará. Y nadie ha defendido la salida de Grecia de la eurozona. Tengo que desmentir todos los rumores que indican que se podría invitar a Grecia a dejar la eurozona y tengo que desmentir todos los rumores sobre cualquier tipo de quiebra griega», dijo Juncker
Los ministros de Finanzas del Eurogrupo tampoco alcanzaron acuerdos sobre el segundo rescate a Grecia de 109.000 millones de euros. Se discuten revisiones técnicas sobre la participación de la banca. Sí se pactó la exigencia de Finlandia de tener más avales a cambio de su contribución al rescate.
Las garantías estarán disponibles a cualquier país que las desee, pero a cambio se tendrá que pagar un precio, según ha explicado el responsable del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), Klaus Regling, de manera «que es poco probable que algún otro país que Finlandia pida estas garantías».
Y más retrasos. Quedan por definir los aspectos técnicos de la reforma del FEEF. «estamos revisando opciones para optimizar el uso del FEEF y sacarle más provecho; hacerle más efectivo como cortafuegos para contener el contagio en los mercados financieros», ha dicho el comisario Rehn. Así, hasta la próxima reunión.