Casi 200.000 soldados (llegados de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Bélgica, Noruega, Polonia, Luxemburgo, Grecia, Checoslovaquia, Nueva Zelanda y Australia) protagonizaron una invasión marítima, que se debería haber realizado un día antes pero los fuertes vientos lo impidieron, de la que ahora se cumplen 70 años. Tras cuatro años de ocupación, Francia se deshacía del yugo de Hitler y Europa comenzaba el fin de la ocupación nazi y de la Guerra Mundial.
Los resquicios de aquellos hechos aún están presentes. El soldado canadiense Lawrence S. Gordon murió el 13 de agosto de 1944 y hace apenas unos meses que se ha identificado su cadáver. Sin placa identificativa y tapado con una chaqueta militar germana, fue enterrado en el cementerio alemán de Huisnes-sur-Mer. Tras las indagaciones de un sobrino y una prueba de ADN a un diente, sus restos volverán a Canadá este mes. La historia, sorprendente, no es única. Cada año aparecen en la zona de Normandía, región en la que hay 19 cementerios dedicados a la memoria del Desembarco debido a los miles de muertos en combate, muchos restos humanos, aunque sólo unos pocos pueden ser identificados.
Tras cruzar el Canal de la Mancha, diez divisiones protagonizaron este viraje de la historia. Las imágenes de aquella ofensiva militar (como las míticas fotografías de Robert Capa) y las peripecias que supuso, aún están en la memoria de muchos: el paracaidista John Steel quedó prendido del techo de una iglesia y un muñeco recuerda hoy sus horas en suspenso hasta que fue rescatado. Abierto el camino, más de dos millones de soldados, que esperaban en la retaguardia de Gran Bretaña, llegaron también a la Europa continental para escribir el futuro.
70 años después de aquellos días de incertidumbre, estrategia y muerte, los resquicios del Desembarco siguen escondiendo sorpresas. Por ejemplo, los restos submarinos están siendo ahora analizados y estudiados por un equipo multidisciplinar de investigadores, arqueólogos, técnicos, historiadores, veteranos y cineastas, para lograr los mayores detalles históricos posibles sobre este inmenso yacimiento arqueológico de más de 500 kilómetros cuadrados. Gracias a tecnología punta, de momento se han encontrado más de 400 vestigios de naves y carros, que hasta hace poco eran expoliados como chatarra.
Otro proyecto actual reconstruye en tres dimensiones las lanchas de desembarco, o 'barca de Higgins' en honor de su creador, que transportaban hasta 36 hombres a la vez a la playa y podían retroceder de inmediato. Ya no queda ninguna del Día-D, pero sí algunos planos que fueron salvados milagrosamente de un museo de Nueva Orleans durante el desastre del Katrina.
Encuentro diplomático de alto nivel
En esas largas playas de Normandía que se extienden a lo largo de 80 kilómetros, hoy turísticas, se celebrará la ceremonia conmemorativa en la que se hará un solemne homenaje a los veteranos (se espera que acudan un millar). La localidad de Ouistreham recibirá, además de al presidente de Francia François Hollande, a Vladimir Putin, a Angela Merkel y a Barack Obama, entre otros líderes mundiales que se sumarán a los 8.000 participantes previstos en los actos. La reina de Inglaterra ha participado también en actos de París. 70 años después, todas las miradas vuelven a Normandía donde la histórica reunión se mirará con lupa dada la situación de tensión y 'guerra fría' que se vive en Ucrania entre países que hace siete décadas eran aliados.
El atrevimiento de la operación, los errores alemanes, el factor sorpresa, o lo inapropiado del lugar y de la fecha convirtieron del Desembarco de Normandía, más allá de un recurrente guión cinematográfico, en un éxito que aún se conmemora y que es capaz de reunir a los más importantes dirigentes mundiales.