Las ondas gravitatorias han dejado de ser algo escurridizo, un logro que llevamos persiguiendo desde hace 100 años, dice la Agencia Espacial Europea.
En noviembre de 1915, Albert Einstein presentó su teoría de la relatividad general, que introdujo un cambio radical de perspectiva en la comprensión de la física de una de las cuatro interacciones fundamentales de la naturaleza: la gravedad.
Esta teoría describe la gravedad como la forma en que la materia interactúa con el 'espacio-tiempo' flexible del que forma parte. Los cuerpos masivos deforman el espacio-tiempo, modificando su curvatura a medida que se mueven.
Cuando se aceleran, los cuerpos masivos producen pequeñas fluctuaciones en el tejido del espacio-tiempo, es decir, ondas gravitatorias, que Einstein predijo por primera vez en un estudio publicado en 1918. Estas minúsculas perturbaciones cósmicas han sido demostradas finalmente, después de casi un siglo de investigaciones teóricas y búsquedas experimentales.
Científicos del Observatorio de interferometría láser de ondas gravitatorias (LIGO) han anunciado el descubrimiento.
LIGO incluye dos detectores de ondas gravitatorias en EE. UU. situados en Livingston (Luisiana) y Handford (Washington), y cuenta con más de un millar de científicos de todo el mundo. El experimento utiliza rayos láser para monitorizar dos brazos perpendiculares, de 4 km cada uno, con el fin de detectar pequeños cambios en su longitud que puedan deberse al paso de ondas gravitatorias.
El experimento, actualizado recientemente para convertirse en Advanced LIGO, obtuvo este resultado histórico durante la primera ronda de observación en la nueva configuración, que recopiló datos entre septiembre de 2015 y enero de 2016.
«Estas noticias son formidables para todos los estudiosos de la gravedad y la gravedad general y queremos transmitir nuestra más sincera enhorabuena a los compañeros de la colaboración LIGO por su excelente resultado», ha dicho Paul McNamara, jefe científico del proyecto LISA Pathfinder de la ESA.
LISA Pathfinder es la misión de demostración tecnológica de la ESA para posibles misiones futuras dedicadas a observar las ondas gravitatorias desde el espacio. El lanzamiento tuvo lugar el 3 de diciembre de 2015, la nave alcanzó su órbita operativa en enero y está sometiéndose a las comprobaciones finales antes de comenzar su misión científica el 1 de marzo.
«Con LISA Pathfinder probaremos la tecnología imprescindible para observar las ondas gravitatorias desde el espacio. Es más alentador todavía saber que estas fluctuaciones, que han sido un misterio durante tanto tiempo, se han detectado directamente», ha añadido McNamara.