Algunos de los obstáculos posibles son la falta de financiación, el escaso interés de los inversores y la preferencia de algunos gobiernos por los megaproyectos que podrían no recibir la atención de los inversores privados.
Davis Chirchir, ministro de Energía de Kenia, nos dijo que para muchos países subsaharianos el acceso a la financiación para proyectos de combustibles fósiles es mucho más fácil que para las energías renovables.
«Es un gran problema, incluso cuando los precios de la energía renovable, como la solar y eólica, están bajando», señaló Chirchir. Los costes energéticos de su país comenzaron a bajar tras su inversión en energía geotérmica. Kenia proyecta generar hasta tres gigavatios de energía geotérmica solo en el Valle del Rift.
A pesar de los beneficios a largo plazo, muchos de los países de la región carecen de los recursos propios para comenzar a invertir en este tipo de proyectos, explica el ministro. «Los proyectos renovables suelen ser más baratos, pero tienden a exigir costes de capital por adelantado. Así que,a muchos, vamos a necesitar una financiación más específica» para salir adelante, advierte Chirchir. «En Kenia, nuestra inversión en energía geotérmica desplazó al 65 por ciento de los combustibles fósiles y bajó el precio al cliente un 30 por ciento», indica.
Kandeh Yumkella, representante especial del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Energía Sostenible y presidente de la iniciativa Energía Sostenible para Todos, indica que, a pesar de que las fuentes de energía renovable han bajado los costes de generación de energía, África consume apenas una cuarta parte del promedio mundial de energía por habitante.
«¿Cómo podemos ayudar a la mayoría de la gente en África que depende del carbón de leña y del estiércol vacuno para sus necesidades primarias? ¿Cómo lo hacemos?», cuestiona.
Según Yumkella, África debe apostar por las opciones de energía renovable pequeñas y descentralizadas que lleguen rápidamente a la población rural, en lugar de esperar hasta que se obtenga la financiación para grandes proyectos. «A veces los presupuestos de preparación de los proyectos antes de que lleguen las inversiones son del tres al 10 por ciento del coste total. Para muchos países africanos eso es mucho dinero», observa.
Los gobiernos africanos deben aplicar políticas que apoyen la generación de energía renovable utilizando la inversión privada para la construcción de centrales de energía fuera de la red, especialmente en aquellas zonas donde es difícil la conexión a las redes principales, sugiere Yumkella.
«Millones de emprendedores pueden extender las soluciones de energía fuera de la red mientras esperamos que despeguen los grandes proyectos», destaca. «La gente no tiene por qué esperar en la oscuridad a que lleguen los proyectos grandes. Podemos aplicar esas soluciones hoy mismo porque las tecnologías están», afirma el funcionario internacional.
Según la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena), incluso con su actual potencial, África sigue teniendo la tasa más baja de electrificación rural en comparación con otros continentes. En las últimas dos décadas, la electrificación rural a nivel mundial creció del 61 al 70 por ciento, pero hay grandes diferencias en el acceso. En África subsahariana, por ejemplo, la tasa es de apenas un 18 por ciento, en comparación con más del 70 por ciento del Asia en desarrollo.
África debe duplicar el ritmo de expansión de la electrificación rural y cambiar la forma en que aborda el tema para lograr el acceso universal a la electricidad para el año 2030, según Irena
«Y en esta expansión se calcula que alrededor del 60 por ciento de la generación adicional provendrá de soluciones autónomas y de redes mínimas, siendo la mayor parte de energías renovables, ya que estas pueden aprovechar los recursos locales de energía», explica Rabia Ferroukhi, subdirectora de Conocimiento, Tecnología y Financiación de Irena.
Mientras tanto, los ministros de Energía y los delegados africanos en la conferencia de Abu Dhabi pidieron la ayuda de Irena y los países con un mayor conocimiento de las energías renovables para llevar a cabo la iniciativa del Corredor de Energía Limpia de África.
Esta iniciativa fomenta el despliegue de energía hidroeléctrica, geotérmica, biomasa, eólica y solar de los países africanos, desde Egipto en el norte hasta Sudáfrica en el sur, para aumentar la capacidad, estabilizar la red y reducir la dependencia de combustibles fósiles en el continente.
Etiopía, uno de los países que invierte en energías renovables, es uno de los que propone la financiación para el Corredor. El país proyecta la generación de 800 megavatios de energía eólica y un gigavatio de energía geotérmica, y está construyendo una planta hidroeléctrica de 6.000 megavatios, que será la mayor de su tipo en África, con un presupuesto de 4.800 millones de dólares.
El ministro de Agua, Riego y Energía de Etiopía, Alemayehu Tegenu, nos dijo que, de aplicarse, el Corredor de Energía Limpia ayudará a impulsar las soluciones de energía renovable en el continente.
El proyecto ha acumulado un fuerte apoyo político tanto en África como en el ámbito de la ONU, asegura Adnan Amin, director general de Irena.
«Queremos interconectar los mercados africanos, crear un mercado regulado más grande, porque cuando se tienen mercados grandes, se pueden tener grandes proyectos que hagan avanzar la tecnología», añade.