El río Danubio vertebra la Europa del Este a lo largo de 2.700 kilómetros, sus aguas sirven de frontera entre varios Estados y su cuenca acoge a cien millones de personas. Abierto a la navegación hace 150 años, desde entonces ha sido fuente de riqueza, comercio y comunicación entre 14 países, los que atraviesa directamente o los que aportan caudal con sus afluentes.
La embajada de Hungría, país del trío de presidencia compartida de la UE con España y Bélgica, y la Representación de la Comisión europea en España han presentado este viernes en Madrid lo que será la Estrategia del Danubio, un proyecto de desarrollo regional promovido por el ejecutivo europeo desde Bruselas para impulsar un territorio que forman países de la UE (Alemania, Austria, Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Hungría , República Checa y Rumanía), países candidatos (Croacia y Serbia) y aspirantes a ser un día miembros de la UE (Bosnia-Herzegovina, Moldavia, Montenegro y Ucrania).
La embajadora de Hungría en Madrid, Ester Bucsi, ha contado que «es la primera vez que la UE acomete un proyecto de estas características para eliminar barreras comerciales, dar oportunidades de competitividad, medio ambiente y transporte a la zona, además de exportar la política de cohesión comunitaria y los valores europeos sobre estabilidad, derechos humanos, respeto a las minorías,... en toda la cuenca del Danubio», una zona históricamente conflictiva.
El embajador de Austria en España, Rudolf Lennkh, ha destacado la importancia de lo que ha llamado los tres noes: «el proyecto no supone dinero añadido, no crea nuevas instituciones y no necesita de nuevos actos legislativos». Los fondos saldrán de los ya presupuestados en las perspectivas financieras de la UE hasta 2013. La Comisión europea será quien lo gestione y lo hará con el marco jurídico ya existente en la Unión.
Ante las dudas de que un proyecto sin fondos propios tiene pocas posibilidades de tener éxito, los representantes diplomáticos de los países afectados insisten en que hay dinero suficiente. De lo que se trata es de cambiar la perspectiva local por una supranacional, unir esfuerzos entre administraciones de distintos países y gestionar bien.
Aún no hay proyectos concretos, pero el embajador eslovaco, Jan Skoda, asegura que «se insistirá en aprovechar la capacidad energética del Danubio, el desarrollo regional y el turismo». La embajadora rumana en Madrid, Maria Ligor, añade la importancia de la «conectividad entre todas las regiones de la cuenca del río, que supone potenciar el vínculo este-oeste de Europa, y el desarrollo sostenible».
El proyecto se concretará durante este año y se aprobará con detalle durante el primer semestre de 2011, cuando Hungría ostentará la presidencia rotatoria de la UE. euroXpress