El presidente checo, Vaclav Klaus, se ha salido con la suya. Como no podía ser de otra forma, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han accedido a sus peticiones. El Tratado de Lisboa tendrá una declaración conjunta, por la que la República Checa no tendrá que aplicar el protocolo 30 de la Carta de Derechos Fundamentales del Tratado, una exención que ya obtuvieron en su día Polonia y Reino Unido.
Klaus, en su último intento de obstaculizar la firma del Tratado, reivindicó ese gesto de los 27 para evitar que los alemanes expulsados de Checoslovaquia tras la Segunda Guerra Mundial pudieran exigir la devolución de sus bienes expropiados. La fórmula encontrada por la presidencia sueca complace al checo, sin necesidad de tener que volver a ratificar el Tratado.
El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, confía en que «los países vecinos de la República Checa acepten esta solución», en referencia a Eslovaquia, que llegó a pedir la misma exención, o a las reticencias de Alemania, Hungría y Austria.
El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, felicitó a los suecos por «el trabajo bien hecho para levantar el último obstáculo hacia la firma de Lisboa».
Queda, sin embargo, otra prueba por superar, la resolución del Constitucional checo sobre el recurso presentado por senadores próximos a Klaus, que ven una invasión de competencias de la UE en la legislación checa con el nuevo Tratado. El Tribunal ya se pronunció en su momento a favor de la constitucionalidad de Lisboa y ahora resolverá el nuevo recurso el 3 de noviembre. Si, como se espera, la resolución es favorable a la UE y Klaus firma el mes que viene, el Tratado de Lisboa entraría en vigor el 1 de diciembre.
Los socialistas europeos quieren que uno de los suyos sea el nuevo Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad y dejan para un conservador el cargo de presidente estable de la Unión. Blair cuenta con el apoyo de su sucesor en Downing Street, Gordon Brown, y del italiano Berlusconi. El presidente francés, Nicolás Sarkozy, que impulsó la candidatura de Blair, ya no parece tan entusiasta, y Angela Merkel nunca lo fue. El primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, sale del Consejo Europeo, con muchas posibilidades, pero todo está abierto. El presidente del Parlamento europeo, Jerzy Buzek, pidió para una mujer el liderazgo de la Unión. euroXpress