Creado en 1969 y con sede en Barbados, el BDC es la principal institución financiera regional, y contribuye de modo significativo al desarrollo del Caribe, promoviendo la cooperación y la integración entre los países de la región. De los 19 estados que tienen acceso a los fondos del BDC y que también tienen derecho al voto, 15 son miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom).
Además, Alemania, China, Gran Bretaña e Italia son accionistas extrarregionales de la institución, pero al igual que los tres grandes países caribeños continentales, Colombia, México y Venezuela, solo tienen voto y no pueden ser beneficiarios. Francia también fue miembro no regional, pero se retiró hace una década, en una decisión detrás de la que los especialistas aseguran que hubo motivos de política interna.
Ahora, dos primeros ministros del Caribe dicen que, como la región es una de las más afectadas por el cambio climático y se esfuerza por conseguir recursos para financiar sus medidas de adaptación y mitigación, es hora de que Francia vuelva a integrarse al BDC.
La campaña de presión empezó el 9 de este mes en Martinica, durante la jornada en la que el presidente de Francia, François Hollande, visitó ese territorio francés de ultramar para presidir una cumbre climática regional.
Esta reunión formaba parte de los encuentros previos a la 21 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 21), que se realizará del 30 de noviembre al 11 de diciembre en París y donde debe aprobarse un nuevo tratado vinculante y universal para afrontar el fenómeno.
Durante el encuentro, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, le planteó a Hollande la cuestión de la membresía de Francia en el BDC.
Timothy Harris, primer ministro de San Cristóbal y Nieves y presidente del Consejo de Gobernadores del banco, relató a los presentes en la 45 reunión de ese directorio, realizado entre el 20 y el 22 de este mes, que Gonsalves enfocó el asunto de tal modo que Hollande no pudo evitar comprometerse a que su país se reintegre a la entidad financiera.
Harris nos comentó que, si Hollande cumple ese compromiso, la ecuación será de ganancia total para todas las partes. «Pienso que potenciará que la propia Francia se involucre en la región, pero también más allá de ella, como país importante interesado en llevar justicia a los pequeños estados insulares en desarrollo, muchos de los cuales se encuentran en el Caribe».
Cuando Francia se retiró del BDC adujo cuestionamientos a la reputación del banco, porque el país había sido un miembro importante del mismo y también tenía buenas calificaciones en materia crediticia. «Por lo tanto, que vuelva será una señal de que ha renovado su confianza en el banco», dice Harris. Y si el banco sale fortalecido, lo mismo ocurrirá con la población del Caribe, agregó.
El presidente del BDC, William Warren Smith, dice que el Caribe ha empezado ya a experimentar «los efectos perjudiciales y las pérdidas económicas asociadas a la elevación del nivel del mar, así como un aumento en la cantidad y la severidad de los peligros naturales».
Para poder participar de modo efectivo en la adaptación y la mitigación del cambio climático, el BDC debe poder acceder a finanzas climáticas de las varias ventanas que emergen en todo el mundo, añade. «Me complace anunciar que, para finales de este año, esperamos estar acreditados tanto ante el Fondo de Adaptación como ante el Fondo Verde para el Clima», expresó, agregando que en una reunión de ministros de Relaciones Exteriores del Caribe realizada en Berlín propuso la creación inmediata de un «Instrumento de Preparación de Proyectos» para los países de la región.
Ese instrumento, que sería administrado por el banco, permitiría a los estados miembro que le solicitan préstamos desarrollar una vía para proyectos «bancarizables» que serían aptos para el financiación climática. «Estos proyectos harían que carreteras y otras infraestructuras cruciales fueran a prueba del clima. También abordarían la vulnerabilidad de nuestras islas y zonas costeras, a fin de proteger industrias vitales, como el turismo, la agricultura y la pesca», dijo Smith.
Gonsalves dijo que las consecuencias de que Francia se reincorpore al BDC –lo que él da por hecho- son varias, y todas positivas. Por ejemplo, podrá aportar recursos a nivel de Alemania, que actualmente participa con el 5,73 por ciento del capital de la entidad financiera, lo que la convierte en el tercer mayor miembro no regional que, además, no solicita préstamos.
«El gobierno de Francia ha asumido el liderazgo en esta materia en todos los foros, y Hollande ha puesto su propio prestigio personal en juego. Francia tiene buenos antecedentes en este sentido y viene desempeñando un rol de liderazgo en la Unión Europea y también en la Organización de las Naciones Unidas», señaló Gonsalves.
Por esa razón, dijo, «estoy muy feliz de que esté comprometida con nosotros del modo en que lo está».