«Ha sido un debate amplio y rico», ha asegurado Mario Draghi, presidente del BCE, en la rueda de prensa posterior a la reunión. Según ha explicado, el compromiso de utilizar herramientas no convencionales «es unánime» si se prolonga la baja inflación. «El mes pasado no hablamos sobre la posibilidad de aplicar este tipo de medidas; sin embargo, ahora estamos dispuestos a hacerlo», ha insistido.
Una de las opciones que estaba sobre la mesa era la posibilidad de que el BCE bajara aún más los tipos de interés, que llevan meses en mínimos históricos, pero éstos seguirán en el 0,25%. El Consejo de Gobierno también ha discutido la conveniencia de lanzar un programa de compra de activos, utilizando así una fórmula similar a la que lleva meses aplicando la Reserva Federal, pero Mario Draghi ha confesado que aunque el BCE está unido en su determinación para atajar la inflación, «necesitan más información» para tomar una decisión al respecto.
Tampoco habrá modificaciones en la facilidad marginal del crédito, una fórmula que permite a los bancos obtener crédito del BCE mediante un préstamo que tienen que devolver ese mismo día, y que seguirá en el 0,75%. La facilidad de depósito, el sistema que permite a las entidades obtener una contrapartida a cambio de realizar depósitos a un día, también se mantendrá como hasta ahora, en el 0%. Se había especulado con la posibilidad de que el BCE fijara para estos casos intereses negativos con el objetivo de desincentivar que las entidades financieras depositaran sus fondos en el BCE, pero el Consejo de Gobierno descarta esta medida.
Un mensaje de tranquilidad
Pese a todo, Mario Draghi ha insistido durante la rueda de prensa en lanzar un mensaje de tranquilidad. «La información de la que disponemos confirma que la moderada recuperación de la zona euro continúa en línea con nuestras previsiones», ha asegurado. Según el presidente del BCE, la caída de la inflación en marzo al 0,5%, la tasa más baja desde 2009, se debe a motivos estacionales, y se ha mostrado convencido de que volverá a subir en el mes de abril «gracias al impulso de la Semana Santa». «Según nuestras previsiones tras un periodo de baja inflación, el IPC se irá incrementando de forma gradual hasta rozar el 2% en 2016», ha explicado.
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, había pedido al BCE «medidas no convencionales». Durante el discurso previo a la reunión de primavera de la entidad advertía del riesgo de que la baja inflación en la zona euro terminara siendo «un obstáculo» para el crecimiento global. «Un periodo potencialmente prolongado de baja inflación puede reprimir la demanda, el crecimiento y el empleo», aseguraba.
Más optimista ha sido la respuesta de los mercados. Pese a la falta de medidas concretas, el discurso de Mario Draghi asegurando que todos los países europeos están de acuerdo, y descartando por tanto la posibilidad del veto del Bundesbank a una futura compra de activos, ha empujado al alza los parqués europeos. El IBEX 35 alcanzaba máximos desde mayo de 2011, al cerrar por encima de los 10.500 puntos.