Tras 16 horas de duras negociaciones, los líderes de Francia, Alemania, Rusia y Ucrania anunciaban la aprobación de un alto el fuego que entrará en vigor a las 00:00 horas de este domingo. De estas negociaciones derivan la retirada de armamento pesado del este de Ucrania en un periodo no superior a catorce días creando así una zona desmilitarizada.

Por su parte, el gobierno de Kiev se compromete a la creación de un estatus especial para las ya mencionadas Lugansk y Donetsk, sin duda las ciudades más afectadas por los enfrentamientos. La aprobación de este estatuto especial debe pasar por la modificación de la Constitución ucraniana para lo que el presidente Poroshenko deberá acudir al parlamento ucraniano (la Rada Suprema) en el que su partido ostenta 86 asientos desde las elecciones del pasado año.

Donestk con una población 48% rusa y Lugansk un 45%, ambas con el idioma ruso como oficial, cuenta con las principales industrias siderúrgicas, mineras además de ser enclave estratégico como paso comercial y energético entre Rusia y Europa. Estas peculiaridades demográficas y económicas, unidas al rechazo de los rebeldes a los acuerdos aprobados en Minsk, hace que la estabilidad de la tregua dependa de un hilo.

Lo que si parece del todo claro, es que ninguno de los bandos está por la labor de llegar al domingo sin asestarle un último golpe al adversario, por lo que a lo largo del día del sábado los enfrentamientos entre ambos bandos podrían alcanzar su máximo nivel.