La Asamblea General de las Naciones Unidas creó el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas en 1994, durante un periodo de dos décadas que termina en 2015 se celebra cada año este Día para llamar la atención sobre los graves problemas que sufre la población indígena en el mundo.
Es curioso darse cuenta de que palabras como desarrollo, medio ambiente o discriminación no existen en las lenguas originarias de estos pueblos y sin embargo se han visto afectados y, en muchos casos trastornados, por su significado. Los pueblos indígenas son los primeros en sentir el impacto del cambio climático aunque en su forma de vida apenas si entra el carbono. No quieren cambiar sus tradiciones y costumbres pero el desarrollo económico les hace abandonar sus tierras.
Según el último informe de la ONU Estado Mundial de los Pueblos Indígenas no ha mejorado mucho la situación de estos colectivos a pesar de la adopción por la ONU en 2007 de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
El informe, publicado este año, revela que unos 370 millones de personas son indígenas, un 5% de la población mundial), si bien constituyen cerca de un tercio de los 900 millones de habitantes del medio rural que se considera extremadamente pobres.
Una población que se enfrenta a diario a situaciones de violencia, pérdida de tierras, marginación, traslados forzosos o abusos de las fuerzas del órden.
La esperanza de vida de esta población es de hasta 20 años menos que la de sus compatriotas no indígenas. Tienen niveles más altos de mortalidad materna e infantil, desnutrición, enfermedades cardiovasculares, sida, malaria o tuberculosis.
Los índices de suicidio entre la población indígena, sobre todo entre los jóvenes, es considerablemente más elevado en muchos países. Por ejemplo, entre los inuit de Canadá es hasta 11 veces superior que el promedio nacional.
No obstante, como ha declarado la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, son l«os guardianes insustituibles de la diversidad biológica y cultural de nuestro planeta, los depositarios de sistemas de conocimientos y modos de vida tradicionales elaborados a lo largo de siglos de coexistencia con la naturaleza.»
La ONU dedica este 9 de agosto al cine hecho por profesionales de comunidades indígenas.
Cuatro películas, premiadas en festivales de EE UU, Latinoamérica y Europa, han sido las encargadas de mostrar en la sede de la ONU las luchas , las tradiciones y las prácticas respetuosas con el medio ambiente de las comunidades indígenas.
Sikumi – Sobre el hielo, de Andrew Okpeaha McLean, ganadora del premio del Jurado en el Festival de Sundance de 2008, narra la historia de un cazador inuit.
Curte-Nillas, de M. Per-Josef Idivuoma (del pueblo Sami), es un cortometraje de animación sobre un superhéroe que protege los derechos del pueblo sami.
Marangmotxingo Mïrtang /de los niños Ikpeng para el mundo, de Brasil y
Taino indians Counted Out of existence de M. Alex Zacarias, Puerto Rico narran historias olvidadas y analizan la herencia cultural.
Tres de estas películas están disponibles en Internet.