El estudio concluye que el número de este tipo de armas está disminuyendo principalmente porque continúa la reducción de los arsenales nucleares en poder de Estados Unidos y Rusia. «Pero esto sucede a un ritmo más lento que hace una década», precisa el Anuario de Sipri, un instituto independiente con sede en Suecia.
Al mismo tiempo, ambos países tienen «extensos y caros» programas de modernización en curso y a largo plazo para sus restantes sistemas de lanzamiento y producción nucleares.
Actualmente hay nueve Estados (China, Corea del Norte, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Israel, Pakistán y Rusia) que tienen unas 15.850 armas nucleares, de las cuales 4.300 están desplegados con fuerzas operativas. Aproximadamente 1.800 de las armas se mantienen en un estado de alerta máxima operativa.
«Los programas de modernización en curso en los Estados poseedores de armas nucleares sugieren que ninguno de ellos renunciará a sus arsenales... en el futuro próximo», señala Shannon Kile, investigadora del Sipri.
Estados Unidos, por ejemplo, proyecta un gasto de un billón de dólares en los próximos 30 años para tener dos fábricas de bombas nuevas, además de más bombas, misiles, aviones y submarinos para lanzar las armas.
Alice Slater, directora de la independiente Fundación por la Paz en la Era Nuclear, con sede en Nueva York, nos explica que lo decepcionante del informe del Sipri es que todos los países con arsenales nucleares los están modernizando, especialmente China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.
Esos cinco países, los mayores poseedores de armas nucleares, se comprometieron en el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) de 1970 «a celebrar negociaciones de buena fe sobre medidas eficaces relativas a la cesación de la carrera de armamentos nucleares en una fecha próxima y al desarme nuclear», indica Slater.
Sin embargo, esta omisión de las promesas asumidas y reiteradas en las conferencias quinquenales de examen del TNP impulsó una campaña de los Estados que no tienen armas nucleares para negociar un tratado que prohíba estas bombas y las declare ilegales, como sucedió con las armas químicas y biológicas, dice Slater.
Con las excepciones de Estados Unidos y Rusia, el Sipri señala que los arsenales nucleares de los demás países son relativamente pequeños, aunque todos ellos están desarrollando o desplegando nuevos sistemas de lanzamiento.
En el caso de China esto implica un leve incremento en el tamaño de su arsenal nuclear, mientras que India y Pakistán están expandiendo su capacidad de producción de estas armas, así como el desarrollo de nuevos sistemas de lanzamiento de misiles, según el informe. Al parecer, Corea del Norte estaría avanzando en su programa nuclear militar, pero su progreso técnico es difícil de evaluar basado en fuentes públicas, según el Anuario.
El último informe del Sipri se conoce tras el fracaso de la última conferencia de examen del TNP, realizada en Nueva York en mayo. Tariq Rauf, director del programa de Desarme del Sipri, expresó su decepción por el fracaso de la conferencia, donde 161 Estados participaron «con poco interés por mostrar sus esfuerzos.»
Estados Unidos, con el apoyo de Canadá y Gran Bretaña, impidió el consenso sobre el documento definitivo, asegura. «El motivo fue que se oponen firmemente a presionar a Israel para que asista a una conferencia internacional en marzo de 2016 para prohibir las armas nucleares, biológicas, químicas y misiles balísticos en la región de Oriente Medio», explica Rauf.
Israel es el único país de Oriente Medio que no se adhirió al TNP, añadie.
Entre los temas que trató la conferencia se incluye el impacto humanitario de las armas nucleares, una iniciativa apoyada por 159 Estados no poseedores de armas nucleares basada en los resultados de las conferencias internacionales celebradas en Oslo (2013), Nayarit (2014) y Viena (2014).
Entonces se argumentaba que ningún Estado, organización de ayuda internacional ni otra entidad tiene capacidad para afrontar la situación humanitaria, ambiental, alimentaria y las consecuencias socioeconómicas de una detonación de armas nucleares. Estos Estados solicitaron la prohibición jurídicamente vinculante de las armas nucleares, como sucede con las armas biológicas y químicas.
Los cinco Estados poseedores de armas nucleares declarados (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia), que también tienen facultad de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, rechazaron esas demandas e insistieron en que las armas nucleares no corren riesgo de detonación accidental o intencional.
«Por lo tanto, se perdió la oportunidad para presionar por un Oriente Medio más seguro sin armas de destrucción masiva, y para los pasos que conduzcan a la eliminación mundial de las armas nucleares, por lo menos hasta la próxima Conferencia de Examen del TNP en 2020», añade Rauf.
Los peligros de las armas nucleares afectan a todos en este planeta, dijo Rauf, que fue alto funcionario del Organismo Internacional de Energía Atómica hasta 2012.
En la reciente conferencia de examen del TNP, 107 Estados no poseedores de armas nucleares firmaron un compromiso humanitario, presentado por Austria, por el cual se comprometen a prohibir las armas nucleares, con o sin el apoyo de los países poseedores.
Se espera que las negociaciones comiencen después de agosto de este año, cuando se cumpla el 70 aniversario de las bombas que Estados Unidos arrojó sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en 1945.