Visto con los ojos del siglo XXI, Tintin en el Congo está lejos de ser políticamente correcto, pero la historieta se publicó por primera vez, en fascículos en 1930 y fue reditado en 1946, cuando, como reconoció después el propio Hergé, prevalecían las ideas coloniales.
El activista Bienvenu Mbutu Mondondo lleva cuatro años peleando con la justicia belga para tratar de prohibir la publicación del cómic por lo que él considera descripción racista de los africanos. Sin embargo, el tribunal considera que Tintin en el congo no viola las leyes belgas contra el racismo porque no tiene el objetivo de «crear un ambiente intimidatorio, hostil, degradante o humillante».
Igual que el denunciante, tras conocer la sentencia, el CRAN (el Consejo que representa a las asociaciones negras ha lamentado la decisión de los jueces e insiste en que el libro» tiene todos los clichés racistas de la época colonia»l y «decenas de millares de niños son intoxicados por las representaciones odiosas del álbum». El tribunal ya se había anticipado a esta reacción porque señala que «en el contexto de la época, a Hergé no le podía animar esa voluntad».