Redur Jalil (Hassakah, 1977) es comandante y portavoz de las Unidades de Protección Popular (YPG, siglas en lengua kurda de Yekîneyên Parastina Gel), un auténtico ejército que está demostrándose capaz de defender el territorio de este pueblo, en el norte y el noreste de Siria.
También es un excombatiente del independentista Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), fundado en Turquía en 1978, con 10 años de experiencia. Desde el comienzo de las revueltas en Siria, en marzo de 2011, los kurdos apostaron por una «tercera» vía, en clara oposición al gobierno de Bashar al Assad, pero sin alinearse con los insurgentes.
Actualmente, la mayor amenaza a la estabilidad en las zonas bajo su control llega de grupos vinculados a la red extremista Al Qaeda, varios de ellos supuestamente respaldados por Turquía.
¿Cuál es la situación actual de la seguridad en las zonas bajo control kurdo?
Redur Jalil: Desde el 16 de julio, nuestras fuerzas han estado combatiendo a grupos vinculados a Al Qaeda como Jabhat al Nusra y muy especialmente el ISIS (Estado Islámico de Iraq y el Levante) por todo nuestro territorio.
Los combates han sido especialmente intensos en las localidades de Afrin, Girespie o Serekaniye, pero los hemos empujado hasta Til Kocer, en la frontera entre Siria e Iraq.
Muchos afirman que Turquía está canalizando células yihadistas través de su frontera. ¿Suscribe dicha versión?
RJ: No hay duda de ello. Hace unos días los vimos cruzar desde la frontera de Turquía e, incluso, hemos sido atacados por la artillería de ese país desde allí.
Dos de nuestros militantes fueron asesinados por soldados turcos, pero también tenemos una gran colección de pasaportes pertenecientes a combatientes procedentes de Egipto, Túnez, Bahrein... muchos de Iraq y, hasta el momento, tres de Turquía (Jalil muestra esos documentos como prueba). Muchos de ellos están tras los 20 ataques suicidas que hemos sufrido en año y medio.
La presencia de Al Assad en el Kurdistán occidental es casi anecdótica. Se reduce al centro de Qamishli y a la ciudad de Hassakah. ¿Por qué hay entonces tantos combatientes extranjeros en la zona?
RJ: Responde a un desafortunado encuentro entre dos agendas: por un lado tenemos el chauvinismo turco, que busca boicotear cualquier paso adelante hacia el reconocimiento del pueblo kurdo en Turquía, Siria o en cualquier otro lugar del mundo, y, por otro, los islamistas, que sueñan con un Estado islámico.
Los kurdos estamos en medio de esos planes, somos un obstáculo para ellos, por lo que nos hemos convertido en un objetivo mucho más prioritario que el régimen de Damasco.
Además de los combatientes extranjeros, Al Assad también liberó presos de todo el país para movilizarlos contra nosotros. Lo cierto es que, de no ser por los yihadistas, el régimen habría caído hace tiempo.
¿Mantienen alguna vía de comunicación con esos grupos?
RJ: Hace unos días intercambiamos prisioneros por los cadáveres de algunos de nuestros mártires. La comunicación se resume a eso.
Jabhat al Akrad es también una unidad armada kurda, pero establecida en su origen para luchar junto al Ejército Libre Sirio (ELS), el principal contingente armado de la oposición. ¿Cuál es su relación con ellos?
RJ: Jabhat al Akrad se creó como una unidad kurda que se unió al ELS en Aleppo (ciudad del noroeste), pero que se ha replegado al Kurdistán cuando se produjeron ataques contra kurdos lanzados por yihadistas, el régimen o incluso el ELS. Han demostrado que están comprometidos con la defensa de su tierra, por lo cual mantenemos una buena relación con ellos.
¿De dónde obtienen los fondos y suministros?
RJ: Tenemos el apoyo del Comité Supremo Kurdo, la máxima organización del Kurdistán occidental que engloba a los principales partidos kurdos. La financiación procede principalmente de los aranceles que recaudamos en los pasos de frontera bajo nuestro control.
Hay rumores de que los combatientes del PKK se están reagrupando en las zonas kurdas de Siria tras el repliegue de Turquía.
No es cierto. Hemos demostrado a todo el mundo que podemos manejar la situación por nosotros mismos. Tenemos un ejército de 45.000 combatientes, cada uno de los cuales ha pasado por un entrenamiento de 45 días en los distintos campos con los que contamos en las zonas kurdas. Así las cosas, el PKK será bien recibido si viene, pero lo cierto es que no lo necesitamos.
Sin embargo, el Partido por una Vida Libre en Kurdistán (PJAK), afín al PKK en suelo iraní, ha manifestado públicamente que sumará sus fuerzas a las de los kurdos de Siria.
RJ: Eso es cierto, pero insisto en que podemos manejar la situación sin ningún tipo de ayuda adicional.
¿Hay combatientes no kurdos dentro del YPG?
RJ: También hay árabes, asirios y turcomanos que se han unido a nosotros en la defensa de nuestro territorio común. Hemos vivido juntos durante siglos y son parte integral del Kurdistán. También quiero subrayar que el 35 por ciento de nuestros combatientes son mujeres.
Hay asimismo denuncias de que están reclutando a menores de edad. ¿No es así?
RJ: Rechazamos tajantemente el reclutamiento de personas por debajo de la edad legal. Es inaceptable y, por lo tanto, prohibido por las normas y reglamentos vigentes en la materia.
Por desgracia, ni siquiera eso impidió que algunos se inscribieran voluntariamente bajo la presión de las circunstancias y por la displicencia de algunos. Fueron casos muy puntuales en los que no se les permitió participar en operaciones militares ni desplegarse en lugares «calientes».
Lo que quiero subrayar es que dicha situación ha respondido a actuaciones individuales y no de la organización en su conjunto.
¿Cómo ve el proceso de paz entre el gobierno de Turquía y el PKK?
RJ: Como ha pasado en anteriores ocasiones, la parte kurda ha avanzado mientras que la turca aún no ha dado ningún paso. A pesar de los obstáculos, creo sinceramente que la paz finalmente llegará antes o después, ya que no es solo una de las partes sino la sociedad kurda en su conjunto la que reclama un acuerdo definitivo.