Faltan tres días para que los ministros de economía y finanzas de la Eurozona se reúnan con la negociación con Grecia como tema principal sobre el tapete. El ministro griego de finanzas, Yanis Varoufakis, ha afirmado hoy que Atenas y los acreedores internacionales deberían llegar a un acuerdo en los próximos días o semanas sobre un paquete integral de reformas, al tiempo que ha recomendado a Alemania que asuma que el programa de rescate ha «fracasado».
«Confiamos que en los próximos días o semanas haya un acuerdo», ha explicado hoy Varoufakis en Bruselas, donde ha asistido a un conferencia de la patronal europea. El próximo lunes se reúnen los ministros en Bruselas y pese a que el titular griego no ha querido augurar si espera un acuerdo para entonces, ha admitido que hay un «deseo común» de que así sea.
Atenas sabe que el tiempo corre en su contra. El próximo 12 de mayo tiene que hacer efectivo un pago de 700 millones de euros al FMI, al siguiente día de la reunión del Eurogrupo. Las conversaciones entre los técnicos prosiguen y se mantienen en un entorno «fructífero», según ha explicado el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas.
Por su parte, el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker y el primer ministro heleno Alexis Tsipras hicieron público ayer un comunicado en el que confirmaban que ambos mandatarios habían mantenido una conversación telefónica en la que trataron de la necesidad de llegar a un acuerdo sobre la extensión del programa de rescate. Asimismo, las tres instituciones (la Comisión Europea, el BCE y el FMI) enviaron también un comunicado subrayando el objetivo común de que Grecia vuelva a la senda de la estabilidad y el crecimiento.
La razón de tanta explicación, se debe a que el día anterior, algunos periódicos europeos filtraron un documento en el que el gobierno griego se lamentaba de que la falta de acuerdo era debido a malentendidos entre las instituciones. Con sendos comunicados, las instituciones intentaron demostrar que no existen desavenencias, aunque también dejaban entrever los nervios ante la cuenta atrás.
El acuerdo al que se llegó el pasado 20 de febrero prosigue a trompicones. En la pasada reunión informal de los ministros de economía en Riga se palpaba el malestar en el ambiente y Varoufakis admitió la tensión que se había vivido durante el encuentro. La consecuencia fue que el ministro heleno fue apartado por Tsipras a la hora de encabezar las negociaciones con el grupo de Bruselas, aunque hoy ha defendido la buena «sintonía» que mantiene con el ejecutivo heleno.
Asimismo, mantiene su punto de vista de que la austeridad a ultranza debe acabar, y ha asegurado que no entra en las negociaciones pensando solamente en el interés del griego medio, sino en sacar la máxima ventaja para cada europeo «excepto para aquellos que especulan con nuestra destrucción».